La primera etapa educativa, clave para el futuro académico
Las desigualdades sociales, económicas y culturales, entre otras, que existen entre los alumnos generaron, en los últimos años, una situación de desequilibrio entre los estudiantes. Así lo demostró un estudio publicado por Milagros Nores, Directora Asociada de Investigación en Educación Temprana, en Estados Unidos y titulado ¿Cómo puede la Educación Infantil de alta calidad reducir las brechas en los logros?
Nores, junto con otros profesionales del sector educativo llegaron a la conclusión de que las desigualdades pueden ser significativas para el futuro educativo de los niños. En este sentido, tal y como reflejaron los datos recogidos por Nores, en Estados Unidos hay brechas significativas entre los logros de los alumnos de Educación Infantil y el poder adquisitivo de sus familias, así como su cultura o procedencia étnica. De esta manera, consideraron los investigadores que los niños cuyas familias dispongan de pocos o bajos ingresos, no desarrollarán adecuadamente sus habilidades al no contar con los recursos que aporta una educación infantil y temprana de calidad.
Junto a la investigación, los responsables del estudio presentaron en dicho informe una propuesta para rebajar los efectos de esta brecha. La medida pasaba por mejorar la calidad de la educación para los alumnos desfavorecidos y ampliar sus posibilidades de acceso a la Educación Infantil.
La investigación, realizada por los profesores Friedman-Kraus, W. Steven Barnett y Milagros Nores para el Center for American Progress, detalló resultados de dos estudios y varias evaluaciones que destacaron la importancia de la Educación Infantil. Para paliar los efectos de la desigualdad. Los educadores indicaron en el estudio que uno de los desafíos prioritarios es el de conseguir que los niños que acceden a la Educación Infantil desarrollen las habilidades necesarias para obtener un mejor rendimiento. En este sentido, y tal como quedó reflejado en la citada publicación, los niños de familias de bajos ingresos y los niños de color tienen unas condiciones menos favorables para el éxito escolar.
En Estados Unidos, la trayectoria de los niños afroamericanos e hispanos, por ejemplo, al compararse con la de los demás, presentó un retraso en Matemáticas de 9 a 10 meses, y de 7 a 12 meses en Lectura en el momento de acceso a la Educación Infantil. Por ello, consideraron los expertos, que la ampliación del acceso a una educación temprana de alta calidad es una posible solución para contrarrestar estas carencias iniciales y, por lo tanto, la brecha en los logros de los alumnos. Además, en opinión de los investigadores, no sólo los estudiantes de bajos ingresos y pertenecientes a minorías tienen menos posibilidades de acceso a la educación, sino que la educación a la que pueden acceder tiende a ser de menor calidad que la de sus compañeros de mayor nivel socioeconómico.
Los centros de Educación Infantil son generalmente menos asequibles para los afroamericanos, hispanos y niños de familias de bajos ingresos. Por ello, el informe defendió que un programa de Educación Infantil de alcance universal y financiado con fondos públicos podría disminuir la disparidad en el acceso y en los resultados de los alumnos. La afirmación se concretó con muestras representativas y resultados de evaluaciones previas de programas de alta calidad en Educación Infantil.
Para el estudio se tomó como base el promedio obtenido en las puntuaciones de rendimiento de niños participantes en dos programas aplicados a gran escala y altamente eficaces en diferentes partes del país. Se estimó que el programa de Educación Infantil de Alta Calidad (UPK en sus siglas en inglés) reduciría la brecha en el rendimiento en Matemáticas en un 45% para los niños afroamericanos y en un 78% para los niños hispanos, mientras que en Lectura se cerraría la brecha en ambos grupos.
