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Admirando a Finlandia por las razones equivocadas

Woessmann cree que el sistema español mejoraría con pruebas externas.
Saray MarquésMartes, 21 de mayo de 2019
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Ludger Woessmann en Madrid. FUNDACIÓN RAMÓN ARECES

España no es Finlandia pero, según Woessmann, algunos confunden las razones por las que admirar el sistema educativo finlandés.

Con una red educativa fuerte quizá nos acercaríamos a Finlandia, habitual en el top five de PISA, plantean algunas voces. Sin embargo, nos explica Ludger Woessmann por mail, «Hay muchos factores que influyen en el éxito educativo. Es peligroso tomar un país concreto, porque hay muchos factores que caracterizan a Finlandia, no sólo el porcentaje de escuela pública». Para el experto, es preferible analizar «si los países con mucha escuela pública rinden sistemáticamente distinto, teniendo en cuenta muchos factores relevantes al mismo tiempo». «Nuestra investigación nos dice que tras descontar los factores de la familia y la escuela los países con una tasa importante de escuela no pública rinden mejor», apunta.

Pero, ¿y Finlandia? Para Woessmann, más que ese 98% de escuela pública, hay otras razones que pueden explicar en parte su buen rendimiento: «El estatus socioeconómico relativamente alto de las familias, de media. Y dos factores relacionados con la escuela son que hay pruebas externas al finalizar la Secundaria con repercusiones académicas y que Finlandia parece ser capaz de atraer a la docencia a personas muy válidas», aclara.

Para Woessmann, más que ese 98% de escuela pública, hay otras razones que pueden explicar en parte su buen rendimiento.

España tiene un 68% de enseñanza pública, algo que, según Woessmann, debería jugar a su favor. Le preguntamos si las «cuotas voluntarias» que han de pagar muchas familias en la Concertada pueden limitar este efecto positivo.

Responde: «No conozco el modelo español y a menudo los detalles son importantes. Pero reclamando tasas para asistir a escuelas no gubernamentales se reducen las opciones de elegir de las familias más pobres, reduciendo por tanto la competencia y los incentivos para hacerlo bien». También a este respecto durante la conferencia Woessmann puntualizaba: «Si el acceso está en función de cuánto pagan las familias más privadas generará más segregación, con lo que uno de los dos objetivos –mayor nivel de logro y más igualdad de oportunidades– no se estará cumpliendo».

«Los mejores logros se observan si el Estado financia todos los centros pero sin implicar que gestione la mayoría. Es importante que muchos alumnos tengan la opción de elegir escuelas no operadas por el Estado, porque sin un abanico amplio no hay competitividad real que incentive a las escuelas para un buen desempeño. Con la suficiente financiación, el acceso no estará condicionado por el estatus de la familia», prosigue.

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Los mejores logros se observan si el Estado financia todos los centros pero sin implicar que gestione la mayoría

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En cuanto a lo que echa en falta en el sistema educativo español, Woessmann, inspirador con sus trabajos del preámbulo de la Lomce, no lo duda: «Un ingrediente fundamental del éxito de los sistemas escolares con el que España no cuenta son las pruebas externas».

«Los países que han introducido evaluaciones externas estandarizadas para comparar escuelas y estudiantes han mejorado significativamente los resultados de los alumnos a lo largo del tiempo. Estas son un factor clave para evaluar qué estudiantes y escuelas son eficaces y cuáles no. Es más, esta comparación externa crea incentivos para las escuelas, los profesores y los estudiantes para hacerlo bien y ofrece información sobre qué han aprendido en realidad», proclama.

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