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Las Escuelas Oficiales de Idiomas, en busca del alumnado perdido

En el curso 2018/19 la matrícula fue de 390.930 estudiantes en toda España, 22,5% menos que hace cinco años y la peor cifra en una década.
RedacciónMiércoles, 28 de agosto de 2019
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La opción a distancia empieza a ganar adeptos en los últimos años. MAKSYM YEMELYANOV

En el curso 2018/19, el último con datos disponibles, 390.930 alumnos estudiaron en las Escuelas Oficiales de Idiomas del país. La cifra supone una caída en 113.309 alumnos (22,5%) frente a la registrada cinco años atrás, el curso 2013/14, cuando la matrícula ascendió a 504.239.

El descenso comenzó ese mismo curso y desde entonces no ha cesado. Al tiempo, son cada vez más los alumnos que eligen la modalidad a distancia, que si ese curso rondaban los 27.485, en 2017/18, el último con datos disponibles, alcanzaban ya los 35.792 (inglés a distancia).

La remontada que no llega

Las cifras globales no reflejan la remontada que este sector ansía sino que, al contrario, muestran una tendencia negativa, con cinco cursos acumulando pérdida de alumnos. El último dato conocido, el del curso 2018/19, es el peor en una década.

Las comunidades que más alumnos pierden son Baleares, Cataluña, Andalucía y Madrid, aunque estas últimas –Andalucía, Cataluña y la Comunidad de Madrid– se mantienen, junto con la Comunidad Valenciana, como las comunidades con un mayor número de matrículas.

Por idiomas, el inglés, el francés, el alemán y el italiano figuran en las primeras posiciones, seguidas de una lengua cooficial, el euskera.

Batallas perdidas y ganadas

Consultada por los posibles motivos de este descenso del alumnado, la presidenta de la Asociación de Profesores de las EOI de la Comunidad de Madrid, Caridad Baena, menciona varios factores, aunque destaca uno: «En la Comunidad de Madrid, entre otras, hubo una subida de tasas del 150% en el punto más álgido de la crisis que coincidió con la subida de las tasas universitarias y con la pérdida de empleo de mucha gente. Estudiar idiomas dejó de ser primordial si estaba en juego tu puesto de trabajo o tu formación fundamental. Esa subida todavía no se ha revertido».

También echa en falta que desde la Administración se apueste en serio por la educación pública de idiomas: «Esta caída solo se puede remontar con esa apuesta, que pasa por la puesta al día en nuevas metodologías para adaptarse al alumnado que tiene prisa por aprender idiomas, pero también por una mayor proyección y publicidad».

En este sentido, explica que se han dado tímidos pasos, como los cursos cuatrimestrales, intensivos, de 90 horas, o el paso más flexible de un curso a otro. Tampoco descartan la enseñanza semipresencial, pero recalca que para prepararse para esta nueva oferta los profesores deben recibir formación y las nuevas enseñanzas deben estar bien organizadas y los centros, bien dotados.

Baena reivindica la plena vigencia de un modelo ya centenario, con un alumnado diverso, «de 16 a 100 años», pero un gran desconocido incluso en otros sectores de la enseñanza. Así, recuerda cómo durante las manifestaciones contra los recortes en Educación, era frecuente tener que explicarles a otros colegas el significado de las siglas EOI. Los profesores de estas escuelas, asimilados al profesorado de Secundaria, también sufrieron las políticas de contención del gasto.

 

Modelo centenario pero desconocido incluso en otros sectores de la enseñanza, reinvindica una mayor incidencia de la Administración para darles a conocer.

Sin embargo, también han ganado algunas batallas. Han recuperado, por ejemplo, el nivel C1, que perdieron en 2006, y han conseguido que el profesorado de las EOI examine a los alumnos de Secundaria para obtener el A1, el B1 o el B2. En 2018, además, se volvían a convocar oposiciones.

Otras siguen pendientes. Por ejemplo, ampliar las plantilla y consolidar el profesorado interino que trabaja en los centros. Así se podrán evitar situaciones como las que retrata Baena, de su escuela, la EOI Jesús Maestro de Madrid, donde en estos años la norma ha sido, en modalidades como chino, que se quede más alumnado fuera que dentro.

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