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La escuela ante el eterno tabú de la Educación afectivo-sexual

Piden más peso en el currículum frente a la sobreinformación por otras vías. Varias comunidades la incluyen en sus planes de igualdad, no sin polémica.
Saray MarquésMartes, 1 de octubre de 2019
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VISUAL GENERATION

Aumentan las condenas a menores por delitos sexuales (en un 20% en 2018, según el INE) y a adultos por abusos a menores (un 40%). Se adelanta la edad de inicio en el consumo de porno, que hay niños que empiezan a ver a los 8 años y un 25% ve antes de los 13, alerta un estudio de la Universitat de les Illes Balears… Ante esto, organizaciones como Save the Children constatan que «una de las grandes carencias del sistema es la Educación afectivo y sexual desde edades tempranas», según Carmela del Moral, analista jurídica de derechos de infancia.

Esta, abarcando aspectos como la autonomía corporal o el consentimiento, se convertiría en «herramienta para prevenir la violencia y las relaciones desiguales». «Aprender a distinguir un afecto sano y adecuado en la escuela tiene valor si pensamos que la mayoría de los abusos se dan en el entorno familiar.

Sin otra fuente, se pueden normalizar estas conductas», arranca del Moral, «pero además evita que esos niños y niñas protagonicen relaciones abusivas en la adolescencia y juventud. Si su único referente es la pornografía se dan relaciones de gran desigualdad, con comportamientos violentos, que convierten en ordinarias prácticas extremas o que no deberían ser el primer acercamiento».

En casa y en la escuela

No solo en casa, sino en la escuela, debería derribarse este tabú, con una asignatura obligatoria, para que no dependa de la comunidad autónoma, el municipio o el centro contar con esta formación, según Del Moral, que pone de ejemplo a Noruega o Canadá, donde un estudio demostró que la probabilidad de ser víctima de abuso se reducía a la mitad en las chicas que habían recibido Educación afectivo y sexual.

También Raquel Hurtado, psicóloga y sexóloga de la Federación de Planificación Familiar Estatal, cree que todas las cuestiones relacionadas con la sexualidad deberían recogerse en una asignatura con unos contenidos mínimos y objetivos por etapa. Para ella, esta debería servir para dotar al alumnado de habilidades para gestionarse en el mundo íntimo y de los afectos, para ser conscientes de sus propios deseos, necesidades y de los límites. «La Educación sexual debe adelantarse al visionado del porno. No todos van a llegar, pero si llegan se trata de que lo hagan con gafas para filtrar ese producto, porque si en un vídeo a todas las mujeres les gusta que los hombres hagan ciertas cosas pensaré que a las mujeres les gusta eso y pondré eso en práctica, y si la otra parte no tiene herramientas para dejar claro lo que le gusta y lo que no, me reafirmaré».

Si la ministra Isabel Celaá se ha mostrado dispuesta a incluir en el currículo la Educación emocional y sexual, la prevención de la violencia de género y los principios de la diversidad y la tolerancia, cada vez son más las comunidades que cuentan con planes de coeducación. El País Vasco y Andalucía, que van por el segundo, fueron las pioneras. En Navarra, Skolae –del que Sexualidad y buen trato es solo uno de sus cuatro ejes– se convirtió en el más ambicioso, al introducir la obligatoriedad. «Skolae nos pone a la altura de países como Suecia o Finlandia, a la cabeza de programas coeducativos, como reconoció la Unesco con su premio internacional a la Educación de niñas y mujeres [que se entrega el 11 de octubre en París]», proclama Marian Moreno, del equipo que redactó el programa.

Tras su pilotaje en 2017-18 en 16 centros, el curso pasado comenzó la primera fase de generalización, en 100 más. Entonces, diversas asociaciones, de Navarra Educa en Libertad a Familias por la Libertad de Elección, se levantaron contra él y se presentaron tres demandas por considerarlo «imbuido de la ideología de género».

En la actualidad el equipo original está descabezado y sus miembros siguen declarando –el 9 de octubre lo harán Miguel Ángel Arconada y Carmen Ruiz Repullo–, pero el departamento de Educación está impulsando la segunda fase de generalización en 100 nuevos centros públicos y concertados. Para la presidenta de Navarra Educa en Libertad, Teresa Jaurrieta, «se han arrogado unos derechos que son de los padres, no del Estado. Este debe facilitar su tarea, no sustituirles».

Más allá de Skolae

Navarra no está sola. En Castilla-La Mancha el curso pasado arrancó el pilotaje de la asignatura Educación para la Igualdad, la tolerancia y la diversidad y la nueva consejera, Rosa Ana Rodríguez, ha anunciado un Plan de Igualdad Educativa. Extremadura estrena este curso su Plan para la Igualdad de Género y Baleares presentará este mes su plan de Co-Educación para los centros educativos, con la Educación afectivo-sexual como eje clave. Para Fernando López Luengos, presidente de Educación y Persona, «estos programas buscan una buena causa, pero equivocan el camino. En nombre de la Educación sexual dan una visión muy limitada».

Tímida presencia en la Lomce

  • En los decretos que desarrollan la Lomce no se puede decir que la Educación afectivo-sexual esté ausente. Figura en los objetivos de Infantil a Bachillerato, en los elementos transversales y en los contenidos de Valores, Biología, Plástica, Psicología o Filosofía.
  • La Lomce incorpora la Educación en igualdad y sin estereotipos de género. Su traslación a planes coeducativos ha generado una reacción similar a la que provocó Educación para la Ciudadanía en 2006.
  • La objeción ha cobrado ahora la forma de PIN parental frente al «adoctrinamiento en la ideología de género».
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