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Comportamiento agresivo de un menor

Deanna Mason
Experta en educación y salud familiar
27 de octubre de 2020
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© PICT RIDER

Mi hijo se ha metido en problemas en el cole por amenazar a sus profesores. Siempre ha tenido problemas con los compañeros de clase, pero su carácter agresivo parece empeorar a medida que madura. ¿Qué podemos hacer para apoyarlo y corregir su comportamiento?
R. F. Madrid

Como padres, queremos que nuestros niños sean buenos, listos, y amables. Todos los niños en algún momento son agresivos porque están aprendiendo cómo controlar sus emociones, aprender los límites, y aceptar las reacciones de los demás. Tenemos tanto amor por ellos que puede ser difícil aceptar que nuestro hijo sea agresivo en algunas situaciones. Para algunos padres, cuando ven actitudes o acciones agresivas, se disculpan con “son sólo niños” o “ya se les pasará”. Pero, si las agresiones son frecuentes y cruzan la frontera de la casa, del colegio y el parque, es posible que no se les pasará.

Por supuesto, actos agresivos durante la infancia son normales y parte del desarrollo del niño. Los niños pequeños, entre 12 meses y 3 años, pueden hacer actos agresivos porque ellos no tienen el vocabulario para expresar sus emociones ni el control emocional para reglarlas. Con el apoyo de los padres, la mayoría de los niños tendrán la capacidad de autorregular sus emociones a los 7 años y esto disminuirá en gran medida su probabilidad de ser agresivos o violentos con los demás. Los niños que no han aprendido formas más respetuosas de interactuar con los demás a los 7 años, pueden tener dificultades para detener los comportamientos dañinos y su forma agresiva de interactuar con los demás, puede convertirse en una característica estable. Por lo tanto, es muy importante que los padres aborden los comportamientos hirientes desde una edad muy temprana.

Para reducir los comportamientos dañinos, es importante que los niños aprendan cómo autorregular sus emociones. Cuando los niños entienden sus propias emociones, es más fácil que sientan empatía para los demás.

La clave para saber si las acciones agresivas son parte normal del desarrollo o algo más serio depende de la edad del niño, la frecuencia con la que ocurren las acciones agresivas, qué acciones específicas está haciendo el niño y dónde están sucediendo las mismas. (i.e. casa, colegio, parque, tiendas, restaurantes, etc.). Algunas características que puedan indicar que los padres necesitan buscar ayuda profesional incluyen:

  • lastimar animales o niños más pequeños.
  • destrucción de objetos.
  • insultos (niños mayores de 5 anos).
  • molestar fiscalmente a los demás (p. Ej.: pega, muerda, lanza putadas).
  • amenaza.
  • rabietas (a partir 4 años).
  • peleas frecuentes con compañeros.
  • energía y actividad fuera de control.
  • tienen problemas para resolver sus propios problemas sociales.

La clave para saber si las acciones agresivas son parte normal del desarrollo o algo más serio depende de la edad del niño, la frecuencia con la que ocurren, etc

Muchas veces estos niños acaban aislados y no tienen buenas amistades por su comportamiento problemático. Los padres deben intentar determinar si su hijo tiene un carácter problemático. Es común que a los padres de niños de carácter fuerte les resulte más difícil establecer límites y aplicar la disciplina debido a la respuesta del niño. Esto puede llevar a evitar establecer límites o un conjunto de normas en constante cambio que el niño aprovecha.

De todas formas, los padres pueden practicar estrategias proactivas para reducir los actos agresivos de sus hijos mientras mejoran su inteligencia emocional. Centrarse en las emociones de un niño es la mejor manera para mejorar la agresión en los niños pequeños y protegerles contra los comportamientos dañinos:

  • Mira al niño como un individuo con su propio carácter y personalidad.

–Permite que el niño haga elecciones apropiadas para su edad, pero no más (p.ej.: que ropa quiere llevar).
–Responde a las peticiones de atención con contacto de ojos, una sonrisa y/o una caricia.
–Comenta los comportamientos buenos/deseables con frecuencia durante el día (p.ej.: Me gusta mucho cuando escuchas mis instrucciones la primera vez).

  • Escuche activamente con empatía cuando un niño está molesto.

–Parafrasea o describe lo que tu hijo está diciendo.
–Refleja los sentimientos del niño.
– Presta atención a la postura y el too de tu hijo e intenta igualarlos (p. Ej.: Dí: “Puedo ver que estás muy molesto por lo que sucedió” mientras coincide con el tono del niño).
–En el momento, trata de evitar dar órdenes o instrucciones.

  • Trata de transmitir una opinión positiva de tu hijo, incluso cuando las cosas se pongan difíciles.

–Comunicar sentimientos positivos, como el cariño, directamente en voz y acción.
–Da ordenes de una manera positiva, con firmeza, y concretamente.
–Marca el comportamiento, no el niño (p. Ej.: Dí “Has limpiado muy mal tu habitación” en vez de “eres un cerdo sucio y asqueroso”.
–Nota y celebra comportamientos apropiados y correctos.
–Modera pedir perdón cuando sea apropiado.
–Evita avergonzar al niño por sus acciones; centrarse en la corrección.
–Establece límites y aplica disciplina cada vez que encuentres que tu hijo es agresivo para que aprenda que este comportamiento no es apropiado.

La agresión suele ser síntoma de otra cosa. La agresión en los niños puede surgir cuando buscan atención, control, un objeto o como reacción a emociones fuertes que no saben cómo controlar. Los padres pueden tratar a los niños con respeto y empatía mientras los educan con límites y disciplinas claras para reducir la frecuencia y fuerza de los actos agresivos. En el caso de que estas acciones de los padres no sean útiles, puede ser aconsejable buscar la ayuda de un profesional para estrategias más específicas de la familia.

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