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Coto a la Privada por razones económicas: las cuentas no salen

A la reforma educativa, que elimina la 'demanda social', se suma la reforma financiera, que quiere acabar con las exenciones fiscales a la Privada. La Concertada y la Privada suponen un ahorro a las arcas públicas del 22%.
Saray MarquésMartes, 6 de octubre de 2020
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En España el 33% del alumnado estaba escolarizado en centros concertados y privados en 2018. © JOSEMANUEL

El Gobierno ha conseguido unir a la Concertada y la Privada –que en ocasiones ha denostado a la primera como una Privada low cost– en su lucha. Fue la semana pasada, cuando se supo que en los Presupuestos Generales del Estado se plantea poner fin a las exenciones fiscales a la sanidad y Educación privadas. Las organizaciones empresariales representativas del sector educativo privado –Acade, Anced, Cecap, Cece, Cicae, Escuelas Católicas y Uecoe– emitían acto seguido un comunicado recordando que, como servicio público esencial en España y toda la UE, la Educación está exenta del pago del IVA y alertando del riesgo de trasvase de alumnos a la enseñanza pública, ante un encarecimiento “insoportable” para las familias tanto en la Privada –un 21% más por todos los conceptos– como en la Concertada, donde las familias tendrían que pagar un 21% por servicios complementarios como extraescolares o comedor y etapas no obligatorias, como Infantil 0-3 y Bachillerato.

De hecho, la Privada y la Concertada, como la CEOE, hacen referencia a las lagunas del informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) en que dice inspirarse el Gobierno. Este cifra en 1.694 millones lo que el Estado recaudaría si se gravara con el IVA a los servicios educativos privados, pero no pudo calcular cuántos ciudadanos dejarían de recurrir a ellos. Por ello, la CEOE afirma que a la hora de la verdad la medida tendría “escasa eficacia recaudatoria”.

Si no hubiera Privada

En la misma línea va el artículo del catedrático de Sociología Julio Carabaña en Indicadores comentados sobre el estado del sistema educativo español 2020, de la Fundación Ramón Areces y la Fundación Europea Sociedad y Educación, en torno al gasto en Educación.

En él muestra cómo la escuela concertada y privada suponen un ahorro para las arcas públicas del 22%. En base a las estadísticas del Ministerio, el sociólogo analiza el periodo entre 2000 y 2018. En 2000 los alumnos en centros privados y concertados eran el 31% y cada uno costaba el 40% de uno público, llevándose el 15,5% del gasto público en Educación. De esta forma, “si en ese año el Estado se hubiera hecho cargo de los alumnos privados gastando en ellos como en los públicos, habría tenido que aumentar el presupuesto en un 23%”, calcula.

40%
de coste

de un alumno público supone un alumno escolarizado en centros privados y concertados

En las últimas dos décadas se mantienen constantes los porcentajes de alumnos en la Privada, de coste del alumno en estos centros respecto al alumno en la Pública, de gasto público total por alumno en estos centros y de ahorro al Estado. Al final de la serie, en 2018, hay un 33% de alumnos en centros privados y concertados, cada uno cuesta el 45% de uno público, la enseñanza privada se lleva el 18% del gasto público educativo y lo que se ahorra el Estado con la existencia de estos centros es un 22%.

La variación del ahorro, que es del 25% entre 2003 y 2010 y cae a partir de ese año, situándose en el nivel más bajo, el 19%, en 2014, obedece a que “con la crisis baja más el gasto por alumno público que por alumno privado”.

La conclusión es que el gasto privado aumenta la eficacia y la eficiencia del gasto público en Educación y contribuye a la igualdad, por lo que supone de ahorro al Estado, que puede así emplear esos recursos en los alumnos que no tienen preferencia por la escuela privada o que lo necesitan más.

La conclusión es que el gasto privado aumenta la eficacia y eficiencia del gasto público en Educación y contribuye a la igualdad

A juicio del sociólogo, suprimir el gasto privado es “antieconómico, injusto e ineficiente”, porque equivaldría a “pagar entre todos lo que algunos están dispuestos a pagar por su cuenta”. Aparte del estímulo que en ocasiones el sector privado ejerce como patrón de la innovación, reflexiona Carabaña, el beneficio de una política educativa que incluye al sector privado es innegable y “más en tiempos de escasez, no se debería impedir que los particulares paguen de su bolsillo lo que quieren pagar, aunque estén pagando por una escuela que cuesta menos que la que podrían obtener gratis del Estado”.

Cuestiones sobre el gasto en Educación

  • España gasta menos que otros países del entorno. España destina el 4,3% del PIB a Educación, frente al 5% de media de la OCDE. Pero si se analiza el PIB per cápita el margen se estrecha, con un 26% para España, en la media de la OCDE y de la UE.
  • España no valora la Educación. España gasta en enseñanza en la misma proporción en que gasta en otras partidas (sanidad, carreteras, ejército) y el gasto está a la algura del nivel de vida, mientras que el sueldo de los docentes está por encima de la media de la OCDE.
  • Si gastáramos más mejorarían los resultados en PISA y podríamos salvar el cuatrimestre que nos separa de la media. Para la OCDE, a partir de un determinado nivel de gasto (40.000 dólares por alumno en la escolarización obligatoria) no hay relación entre gasto y puntuación. Por debajo de ese nivel solo se encuentran, en la OCDE, Turquía, México y Chile.
  • Hay una gran brecha interterritorial. Salvo contadas excepciones, cada comunidad gasta en enseñanza en la proporción que cabría esperar según su renta per cápita, lo cual genera una gran desigualdad en el gasto por alumno entre comunidades (de 9.000 en el País Vasco a 5.000 en Andalucía).
  • La derecha siempre recorta en Educación. No hay grandes variaciones del PIB en Educación según el color del partido que gobierna. Cuando en 2008-09 se alcanzó el 5% fue porque el PIB cayó.
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