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Los cinco errores de la ley Wert que la ley Celaá vuelve a repetir

Sin consenso, contestada en las calles y amenazada con ir a los tribunales, así nacerá la Lomloe. PSOE y Unidas Podemos aseguran que se ha escuchado a la comunidad educativa "en su pluralidad".
Saray MarquésMartes, 17 de noviembre de 2020
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Comisión de Educación y Formación Profesional del viernes 13 de noviembre, en la que se aprobó el dictamen sobre el proyecto de ley. CONGRESO

Tras la aprobación del dictamen sobre el proyecto de ley, la ley Celaá llega el jueves al Pleno del Congreso y de ahí pasará al Senado, que cuenta con dos meses para devolverla al Congreso. Como la ley Wert, se trata de una modificación de la LOE de 2006, con María Jesús Segundo como ministra, que fue cesada después de su publicación. Pero además de esto ambas comparten cinco “pecados originales” que, en el caso de la ley Wert, la condenaron antes de nacer.

1. Borrón y cuenta nueva

La ley Celaá es una “ley contra”. El diputado socialista Guillermo Meijón lo reconocía el pasado viernes en el Congreso, cuando rememoraba cómo todos los grupos [salvo UPN y Foro Asturias] pidieron su devolución: “Nunca un ministro de un Gobierno estuvo tan solo en su mayoría absoluta [en alusión a José Ignacio Wert]”. PSOE y Unidas Podemos dicen responder a un mandato de “la comunidad educativa de la escuela pública” para cerrar una “etapa nefasta para la Educación pública” por una “ley nefasta”, en palabras de Joan Mena (UP).

También la ley Wert fue una ley contra la ley “socialista” de Educación, nacida para incluir de una vez los postulados populares. Si la ley Wert nació contra la LOE y la Logse, contra “la rebaja del nivel académico y la igualación por abajo”, ahora se va contra el “modelo elitista” implantado en feudos populares como Madrid, con la libertad de elección por bandera.

2. Sin consenso

El pasado jueves, el Monitor de la Comisión Europea aseveraba: “El éxito de la reforma integral de la ley educativa dependerá en gran medida de que se alcance un amplio consenso social y político”. Todo lo contrario de lo que se escenificaría al día siguiente en la sala Prim –la misma en la que tuvieron lugar los trabajos frustrados para un pacto social y político por la Educación–, con un clima polarizado. Marta Martín (C’s), además, acusa a la Lomloe de lo que en su día se criticó de la FP Básica de la Lomce: hacer trampas para cumplir con Europa y recibir sus fondos. Así, el abandono educativo temprano se reduciría, a su juicio, gracias a “atajos” y “aprobados a la carta”.

3. Contestación en las calles

Las camisetas verdes por la enseñanza Pública han dado paso a los lazos naranjas por la Concertada. También las familias de alumnado escolarizado en centros de Educación Especial han sentido amenazado el modelo. Para Mena es “éticamente muy lamentable que la derecha haya utilizado políticamente un tema tan sensible”. E insiste: “No se va a cerrar ningún centro de Educación Especial. No es incompatible dedicar una mayor dotación de recursos y herramientas a la Educación inclusiva con el mantenimiento de este modelo para los alumnos que lo necesitan”.

4. Nos veremos en los tribunales

La ley Wert acabó en el Tribunal Constitucional, que tumbó su apaño para que los alumnos pudieran estudiar en castellano en Cataluña. Ahora, PP, C’s y Vox han anunciado recursos de inconstitucionalidad contra varios aspectos de la ley Celaá. C’s llevará el jueves una enmienda por la que se garantice que el 25% de la enseñanza vehicular sea en castellano, pero no será fácil que se acepte. “Volvemos a la normalidad previa a la ley Wert, que introdujo inseguridad jurídica en el modelo de inmersión catalán”, ha celebrado Joan Mena, que ha ejercido como profesor de Lengua y Literatura Castellana en la escuela catalana.

5. Ley Frankenstein

Sandra Moneo (PP) ha bautizado la Lomloe como “ley Frankenstein”. Para Marta Martín es la “ley Rufián-Iglesias-Lastra-Torra-Otegi”. Joan Mena se congratula de que previsiblemente se aprobará con una mayoría amplia: “Hemos sido capaces de sumar a ERC, Más País, PNV, Compromís, probablemente Bildu, veremos si Junts per Cat…”. Para Martín, sin embargo, la ley es “una chapuza lograda mediante la técnica del incrustado, no la reforma estructural que se necesita”. Al contrario de la Lomloe, la Lomce nació sin apoyos y en un contexto de crisis (ahora se prevé superar el 5% del PIB para Educación gracias a los fondos extra de la UE) pero también se criticó que era una ley técnicamente mejorable.

¿Ha sido la ley Celaá una ley dialogada?

  • Mari Luz Martínez Seijo (PSOE) se muestra satisfecha con el texto que va al Pleno: «Hemos incorporado más de 100 enmiendas fruto de escuchar a 250 organizaciones de la comunidad educativa de diferente sensibilidad (Cermi, Plena Inclusión, Save the Children, Fundación Secretariado Gitano, CCOO, ANPE…) sobre la empatía con los seres vivos o el cuidado del medio ambiente, por ejemplo, y hemos integrado otras 120 negociadas con otros grupos parlamentarios de diferente espectro, de PNV a ERC, pasando por Vox, en total 350 enmiendas, frente a las 34 que se aceptaron en la tramitación de la Lomce. Sin duda se ha incrementado la pluralidad interna».
  • Joan Mena (UP) asegura que no ha habido comparecencias de entidades en el Congreso por las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia, «aunque fueron escuchadas en su pluralidad en la subcomisión para el pacto y su posición no ha variado».
  • Marta Martín (C’s) asevera que en otras comisiones, como la de Infancia, sí ha habido comparecencias por vía virtual, y critica el «vicio de tramitación» de la Lomloe, «sin el informe del Consejo Escolar, avasallando a ponentes únicos y realizando votaciones que coincidían con ponencias como la de Presupuestos»: «Esta situación no tiene parangón. Comparada con la Lomloe, la Lomce fue un dechado de diálogo», asevera Martín, que ha elevado una pregunta a la Comisión Europea sobre si está de acuerdo con la tramitación de la Lomloe. Aun así, para ella algunas cuestiones aun tienen arreglo en el Pleno del jueves: «Se pueden aceptar enmiendas y cambiar algunas atrocidades, como la cuestión lingüística. Les pedimos que rectifiquen o garanticen el 25% de enseñanza vehicular en castellano en toda España. No es la propuesta lingüística de C’s, pero así sabremos si el PSOE es un partido antisistema o si está comprometido con el respeto al Estado de Derecho, pondremos al PSOE frente al espejo».
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