Recuperar el juego en la infancia, una necesidad

Los niños ya no juegan, o al menos no como antes. Los más pequeños continúan teniendo las mismas inquietudes que sus análogos hace 40 o 60 años. Sin embargo, el modo de vida agobiante y frenético que sufren los jóvenes, sobrecargados de actividades extraescolares variopintas, el abuso de las nuevas tecnologías o la falta de espacio dentro de las urbes modernas, les alejan cada vez más del placer del juego libre, y les acercan a las preocupaciones adultas sobre el futuro próximo. El juego es un derecho fundamental de la infancia y es imprescindible para que los niños desarrollen capacidades y competencias que les serán de gran utilidad el día de mañana: compañerismo, emotividad, capacidad crítica, etc. Esta desaparición progresiva del juego está generando un descenso de la creatividad y la imaginación, y un aumento de niños con problemas de ansiedad, depresión, miopía y obesidad. El juego es sin duda la única apuesta segura para garantizar un adulto feliz el día de mañana.