Cooperar para expulsar la violencia de las aulas

La Educación para la paz es la vacuna que necesita la humanidad para poner fin a una historia marcada por la guerra y la violencia. Valores como el altruismo, la solidaridad o el apoyo mutuo tienen que imponerse al sistema competitivo actual, que enfrenta a los alumnos sin medir las consecuencias. Son los centros educativos y los profesionales del sector los que tienen que abanderar estos valores. Su tarea es formar a los ciudadanos del futuro y de ellos depende demostrar que el ser humano puede aprender de sus errores y está capacitado para hacer el bien trabajando en equipo. Las aulas son un reflejo de las sociedades que las construyen. Desde ellas se tiene que acabar con la creencia de que solo se obtiene el éxito a costa de los demás. Este mantra, defendido por muchas instituciones, solo genera tensión y conflictos. Por tanto, solo queda educar en el respeto, la solidaridad y la cooperación para expulsar la violencia de las escuelas.