Educación a distancia y abismo social

El cierre de centros ha dejado sin el único mecanismo con el que contaban para romper el círculo de la pobreza a muchos alumnos de familias vulnerables, más expuestos al fracaso escolar. Un 5% de los alumnos españoles son absentistas, un 17% abandona el sistema sin nada más que la ESO y, según la ministra Celaá, los docentes no están logrando contactar con un 12% del alumnado en las actuales circunstancias. ¿Qué está siendo de ellos? ¿Qué pasará después? De momento, la respuesta de las comunidades ha sido, una vez garantizada la comida del alumnado de cuota 0, que por su perfil socioeconómico no pagaba el comedor, proveer de dispositivos y wifi a quienes no lo tienen. ¿Es efectivo? ¿Es suficiente para paliar su falta de escuela o la distancia con sus compañeros con más facilidades para suplir esta carencia desde casa se volverá insalvable? A la vuelta, deberíamos asegurarnos de que el ascensor social funciona con garantías.