Una labor que va más allá de lo académico

Durante el confinamiento, nos hemos visto obligados a convivir con la incertidumbre; el estrés, la ansiedad y el miedo ante la amenaza que pudiera representar; la indefensión ante la dificultad para dar una respuesta eficaz; el enfado por querer o entender que podíamos hacer las cosas de otra manera; la tristeza por las pérdidas que hemos ido acumulando, etc. Todas estas emociones las han vivido adultos y niños, pero en el caso de estos últimos pueden resultar más complejas, ya que aún no tienen un desarrollo avanzado de su propia gestión emocional. Por eso va a ser tan importante el papel que desempeñe el profesor en la vuelta a las clases presenciales. Como dice la psicóloga Sonja Uhlmann, “el papel de los docentes es más importante que nunca y ellos mejor que nadie saben que su labor va mucho más allá de lo puramente académico”. Porque va a resultar fundamental ese apoyo emocional que también proporcionen a sus alumnos.