Familia y escuela: yo te espero fuera

Resulta metafórico que este curso muchos centros educativos hayan decidido, en la aplicación de sus protocolos Covid, que las familias deben quedarse fuera, que no pueden traspasar sus puertas. Metafórico y triste, porque después de un final de curso en el que las familias fueron fundamentales para que el aprendizaje no se interrumpiera no se ha aprovechado la oportunidad que se tenía para que familia y escuela empezaran a ir de la mano de una vez por todas. La prueba está en el malestar de muchas familias, por distintos motivos, este curso. Algunas se asocian. Otras dejan a sus hijos en casa. Un informe de la ONG suiza Oidel cree que tienen motivos: no se les ha acompañado debidamente y ahora cunde entre ellas la sensación de que no se les ha apoyado y no se las comprende, con lo que cala la desconfianza. Nada más peligroso que un cisma entre familia y escuela, pues la confianza entre los diferentes actores de la comunidad educativa es la mejor garantía del derecho a la Educación.