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Dossier Espacio para el análisis y la reflexión

Regulación emocional en los estudiantes universitarios

Sabemos que las emociones nos acompañan a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, más importante que las emociones como tales, es la forma en que podemos manejarlas y tener un mejor control de ellas.
Arturo Enrique Orozco VargasMiércoles, 16 de febrero de 2022
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© ANTONIO RODRÍGUEZ

Durante y después de la pandemia, los estudiantes universitarios han enfrentado una serie de vicisitudes no solamente en el plano económico, político y social, sino también en el ámbito escolar. El cierre de sus escuelas, el proceso de adaptación que experimentaron al estar en casa, el tomar clases en línea, el regreso paulatino a las actividades presenciales, así como el volver a encontrarse con sus compañeros y maestros, han sido momentos desafiantes para cada uno de ellos. Mientras que para algunos estudiantes, los meses de pandemia fluyeron sin contratiempos, para otros representó un cambio radical en sus vidas. Independientemente de la cantidad e intensidad de los efectos de la pandemia, un elemento presente en todo momento y común a todos son las emociones que experimentaron.

Sabemos que las emociones nos acompañan a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, más importante que las emociones como tales, es la forma en que podemos manejarlas y tener un mejor control de ellas. A este proceso le llamamos regulación emocional. Por medio de una serie de estrategias y mecanismos que contiene la regulación emocional es que los seres humanos y particularmente los estudiantes universitarios son capaces de influir en sus propias emociones. Dos elementos importantes de este proceso tienen que ver con el momento en el cual las emociones están presentes en nuestra vida y, por otra parte, con la manera en que las experimentamos y expresamos.

Una vez que nos encontramos voluntaria o involuntariamente en una situación que conlleva una carga emocional se activan una serie de estrategias que nos permiten regular esas emociones. Pensemos por ejemplo en un estudiante que al llegar a la universidad donde estudia se entera que en su primera clase tendrá un examen que había olvidado y para el cual no estudió en los días previos. El enfrentarse a esta situación generará una serie de emociones (podemos suponer que serán negativas) las cuales tendrá que manejar para que no obstaculicen su desempeño en el examen que está a minutos de presentar. Así como esta situación, podemos pensar en cientos de eventos que todos los días los estudiantes viven en sus actividades académicas.

La pregunta que surge entonces es, ¿cómo puede un estudiante tener un mejor control de sus emociones? La respuesta a este interrogante nos la han proporcionado psicólogos e investigadores como Gross, Thompson, Kabat-Zinn, Bishop, Aldao, Nolen-Hoeksema, Lee y Naragon-Gainey a través de los estudios que han llevado a cabo en todo el mundo. Fruto de estas investigaciones ha sido posible conocer diversas estrategias que usamos todos los días para regular nuestras emociones. Por su importancia, las dos estrategias de regulación emocional que más efectos positivos generan en la vida de los estudiantes universitarios son la reevaluación y la conciencia plena.

Reevaluación de las experiencias emocionales

Una alumna llega a la universidad donde estudia y recibe la noticia que perdió la beca con la cual había podido pagar gran parte de sus primeros dos años de estudios. De manera inmediata una serie de emociones negativas invaden sus pensamientos y se siente devastada. Ante este escenario, al igual que muchos otros similares a los que enfrentan los estudiantes universitarios, la estrategia de regulación emocional llamada reevaluación permitirá que esta estudiante pueda reformular la interpretación de la noticia que recibió con la finalidad de reducir su impacto emocional. Este proceso iniciará intentando controlar todas las reacciones que en un primer momento se han desarrollado en su mente. Posteriormente, la reevaluación será de gran ayuda para aliviar el impacto de las emociones que se generaron. Una vez que ha logrado contener los efectos inmediatos de las emociones negativas, es posible comenzar a reevaluar estas emociones. Para lograr tal fin, es indispensable que los alumnos comiencen a interpretar de manera distinta la experiencia emocional. En este caso particular, esta alumna tendrá que asumir la responsabilidad que le corresponde al no haber hecho lo necesario para mantener la beca. Otra alternativa será buscar otras becas buscando que al aplicar a ellas pueda incluso obtener un mejor apoyo económico. En otros casos, comenzará a trabajar para sufragar sus gastos personales y escolares. Como puede observarse, son distintas las formas que tienen los estudiantes universitarios para reevaluar las experiencias que generan principalmente las emociones negativas. Esta estrategia la pueden aplicar en diversas circunstancias buscando siempre reinterpretar de manera distinta las emociones que les provocan displacer o les impiden tener un buen desempeño académico.     

Tomar conciencia de las emociones

La segunda estrategia de regulación emocional recibe el nombre de conciencia plena. En mayor o menor medida, todos los estudiantes universitarios son conscientes de las emociones que experimentan diariamente. Sin embargo, el no contar con un nivel suficiente de conciencia puede tener efectos muy negativos en sus estudios universitarios. Si bien es cierto que es imposible mantenerse siempre consciente de lo que sucede interiormente y a nuestro alrededor, esta estrategia nos enseña a retornar continuamente a este estado de conciencia. Desde el enfoque de la regulación emocional, un elemento indispensable de esta estrategia es la capacidad de atención que puede tener en el momento presente un estudiante hacia un objeto, persona, experiencia o meta personal.

Cuanta mayor atención logre establecer un estudiante, mayor será su nivel de conciencia plena. Para lograr tal cometido, es necesario que los alumnos hagan un alto continuo en sus actividades escolares con la finalidad de auto examinar qué tanta atención están teniendo hacia sus clases, el material que están leyendo, los comentarios de sus compañeros, etc. Además de la atención, el segundo elemento indispensable para desarrollar adecuadamente esta estrategia es la postura de aceptación hacia las experiencias emocionales, así como la actitud de curiosidad y apertura. Por consiguiente, no basta con solo poner atención, sino también es indispensable aceptar la situación tal y como se presenta junto con todas las emociones que está generando. Una vez que los alumnos integran la aceptación, la curiosidad y la apertura, están en mejores condiciones para tomar consciencia de sus propias emociones.

Como puede observarse, la regulación de las emociones por medio de la estrategia de la conciencia plena requiere de estos elementos que forman parte de las habilidades que frecuentemente tienen los alumnos universitarios. Lo importante del proceso que envuelve la conciencia plena es transitar por este continuo que va desde la atención pasando por la aceptación, la curiosidad y finalmente la apertura. En la medida que un estudiante pueda usar estos cuatro mecanismos, mayor será la conciencia de sus emociones.

En conclusión, la conciencia plena, así como la reevaluación son dos estrategias determinantes en el manejo y control de todas las emociones que pueden experimentar los estudiantes universitarios. A su vez, es importante tener presente que este proceso se aplica para las múltiples situaciones que vive un estudiante universitario logrando con ello regular sus emociones de una forma más fácil y satisfactoria.

Arturo Enrique Orozco Vargas. Investigador y Docente de la Universidad Autónoma del Estado de México. Centro Universitario Atlacomulco.

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