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H2H. El futuro es de los profesores, no de las instituciones

José Mª de Moya
Director de Magisterio
31 de mayo de 2016
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Leía hace unos días un artículo titulado “H2H. El futuro es de las personas, no de las marcas, empresas o gobiernos”. H2H o Human to Human fue el concepto exitoso anticipado por Bryan Kramer que pretende sustituir en el mundo de los negocios a los clásicos B2B (relación entre empresas) y B2C (relación entre empresa y consumidor). Según Kramer, en el nuevo ecosistema social esa relación ha sido superada por una relación mucho más humana, más personalizada y donde el consumidor pasivo quiere pasar a la acción y ser protagonista. “Son las personas, en sus nuevas relaciones sociales y en red, los principales motores de los cambios que llegan, más que los gobiernos y las empresas. El consumidor se ha hecho mayor. En cinco años ha crecido más que en cinco décadas, es consciente del poder de sus decisiones de compra y en su capacidad de cambiar las cosas. Más que el de su voto. Consumimos todos los días, a las urnas acudimos cada cuatro años”, explica Rafael Silvela, director general de Havas Worldwide.

¿Algo pueden aprender los colegios de todo esto? Por supuesto que sí. No lo llames empresa, ni producto, ni cliente… llámalo como quieras, pero quédate con la idea. Por encima de la marca de la institución, por encima de las metodologías que se apliquen, por encima de la estrategia de comunicación o de márketing, incluso por encima de la calidad del servicio que se presta… lo verdaderamente crítico para tu centro será –y cada vez más– la relación personal entre cada profesor y su alumnos y su familia.

Recuerdo una deliciosa conversación con madre Montserrat acerca de las diferentes metodologías y de su exitoso y modélico proyecto educativo. Llegados a un punto, explicó que para que todo llegue a buen puerto es imprescindible la implicación personal del profesorado. Más aún y algo forzada por mi insistencia, llegó a admitir que cualquier metodología que contara con un alto nivel de compromiso por parte de todos los profesores gozaría de un éxito similar.

Tras la borrachera de nuevas metodologías y cambios instrumentales sopla un aire fresco y un anhelo por recuperar el sencillo placer de educar personas.

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