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Metaverso: el aula del futuro

Uno de los cambios más notorios de la futura ‘metaaula’ sería la inmersión, al pasar de un proceso presencial, online o híbrido a otro plenamente inmersivo. De esta nueva cualidad se deduce que aumentará la calidad del aprendizaje del estudiante, al poder moverse por su cuenta en otros entornos inmersivos.
Laura RayaViernes, 21 de octubre de 2022
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© OLEKSIY OLIINYK

Antes de entrar en detalle, me gustaría explicar qué es el metaverso. El metaverso es un entorno o plataforma donde replicar diferentes tipos de dinámicas sociales, industriales y profesionales en un mundo virtual inmersivo y persistente. Sin duda, todas esas dinámicas también se replican hoy de forma online a través de Internet, donde se ofrecen infinidad de servicios que permiten la realización de numerosas actividades cotidianas. Sin embargo, en el Internet actual el usuario no tiene la percepción de estar presente en la red, sino de utilizarla. En el metaverso, gracias a la realidad virtual, el usuario podrá hacer uso de todos esos servicios pero sintiendo que está en un entorno común con otras personas, pudiendo interactuar y colaborar dentro de ese mundo virtual. Por todo ello al metaverso se le empieza a conocer como ‘Internet 3D’, la próxima evolución de la web.

El metaverso es un entorno o plataforma donde replicar diferentes tipos de dinámicas sociales, industriales y profesionales en un mundo inmersivo y persistente

Replicar un mundo virtual que ofrezca al usuario la posibilidad de comprar objetos virtuales y reales, teletrabajar, realizar reuniones, asistir a conciertos o recibir clases, no es sencillo. El coste computacional que requiere el manejo de esos mundos tridimensionales es tan elevado que actualmente los primeros prototipos solo admiten un número muy limitado de usuarios. Asimismo, los conocimientos necesarios para la construcción de un gemelo digital de nuestro día a día son elevados. Por estas razones, se estima que la construcción completa de un metaverso interoperable y con amplio uso tardará varios años en construirse. Si bien esto es cierto, su éxito y su uso dependerá de lo bien o mal que esté diseñado desde sus inicios.

La construcción completa de un metaverso interoperable y con amplio uso tardará varios años en construirse

Según el informe The European Edtech Funding Report, desde el año 2020 la inversión en tecnología educativa se ha triplicado y en 2021 se llegó a los 20.000 millones de dólares. El sector educativo es uno de los más agradecidos a la hora de explorar nuevos modelos de enseñanza digitales debido a que está demostrado que cuanto más interactiva, participativa y bidireccional es la comunicación, más efectivo es el aprendizaje y la motivación de los alumnos.

Sin duda, uno de los cambios más notorios de la futura ‘metaaula’ sería la inmersión, al pasar de un proceso presencial, online o híbrido a otro plenamente inmersivo. De esta nueva cualidad se deduce que aumentará la calidad del aprendizaje del estudiante, al poder moverse por su cuenta en otros entornos inmersivos personalizados por materia, y donde también estará presente la inteligencia artificial para personalizar este proceso mediante algoritmos de aprendizaje automático que pueden adaptar los contenidos a los alumnos de manera individualizada. En U-tad, sin ir más lejos,  ya hemos impartido algunas clases a través de un protometaverso como ‘VRChat’ para evaluar cómo afecta el uso de esta herramienta inmersiva en la dinámica de una clase teórica o de una ponencia. Dos de las conclusiones extraídas tras este primer prototipo son que la motivación por asistir a clase aumenta considerablemente, pero lo más destacado es que la participación de los estudiantes en el metaverso y la colaboración en las diferentes tareas es mayor que en un formato online a través de videoconferencia y chat.

La participación de los estudiantes en el metaverso y la colaboración en las diferentes tareas es mayor que en un formato online a través de videoconferencia y chat

Este dato, aun muy inicial, ofrece alguna pista de las bondades de un entorno virtual interactivo y colaborativo donde los estudiantes sienten presencia personal y social, lo que favorece las relaciones entre los propios alumnos y entre el alumno/profesor, a veces tan difícil de fomentar en la educación online pura. Asistir a clases con ponentes especializados que se encuentran en otros países o realizar trabajos con alumnos de otras universidades en el metaverso, son solo algunos ejemplos clave de lo que podrían ofrecer estos espacios colaborativos virtuales a la Educación.

Lamentablemente, en la actualidad hacen falta perfiles profesionales cualificados que puedan desarrollar y crear hoy lo que otros alumnos y usuarios disfrutarán en el futuro. Los distintos metaversos que hoy en día se están construyendo los están desarrollando expertos en realidad virtual, en computación gráfica, ingenieros de software, expertos en ciberseguridad, modeladores, físicos computacionales… perfiles altamente cualificados tras formarse de forma específica a través de grados y postgrados que abarcan dichas temáticas.

Estamos asistiendo al nacimiento de una nueva industria con grandes implicaciones sociales a futuro, por lo que una buena formación de los que tienen la responsabilidad de crear y diseñar este nuevo universo es vital para su éxito y el de los usuarios de este mundo virtual.

Laura Raya es experta en realidades extendidas y directora de los postgrados en realidad virtual en el Centro Universitario U-tad.

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