La protección a nuestros alumnos y a nuestros hijos también en las redes sociales

Se ha transmitido por la FAD que los padres no pueden espiar los teléfonos de los hijos. Y llevan razón. Cuando fui primer Defensor del Menor, publicamos la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor 1/1996, y en ella dejábamos constancia de que los niños tienen derecho a su intimidad, a su dignidad y a su honor.

Ahora bien, conviene matizar esta aseveración, y es que los padres ostentan la patria potestad, que es una responsabilidad de las conductas de los hijos, tan es así que deben dar respuesta a la responsabilidad civil y en ocasiones pagar económicamente lo que sus hijos han roto, deteriorado o dañado, que pueden ser personas u objetos. Y claro, la jurisprudencia del Tribunal Supremo es inequívoca. Al respecto, me permito reseñar el argumento inatacable de quien fue mi compañero en la Fiscalía de Menores y el Magistrado del Supremo Antonio del Moral, que viene a decir que no podemos exigir a los progenitores que supervisen, eduquen y reconduzcan a sus hijos si les privamos de las herramientas para ello.

Vengo a compartir con ustedes que Aula Siena y la Universidad Camilo José Cela ponen en marcha el 4 de marzo el Máster online para educadores en salud mental infanto-juvenil. Tendré el honor de dirigir este máster que busca dotar a los profesionales de la docencia de un conocimiento cierto de las situaciones que ponen en riesgo a sus alumnos, y me refiero a conductas de autolesiones; a adicciones; a inclusión en bandas o sectas; a iniciarse en los trastornos de la alimentación…

Nadie mejor que el docente para captar el sufrimiento de alguno de sus alumnos, o el dolor que puede estar generando él mismo. Y es la propuesta del máster formar al profesorado, a los orientadores, a los directores, a los inspectores para que sepan captar lo que no siempre es fácil teniendo en cuenta la complejidad a veces de las conductas, de lo callado, o de otros hechos como alumnos que están consumiendo psicofármacos, etc.

No se busca convertir al docente en un clínico, pero sí formarle para ser el detector de problemas que de otra forma quedan desvaídos en los hogares o en la intimidad del que sufre y calla.

Es menester tener criterio y también formar a los padres para que remen junto al profesorado en la educación de sus hijos. Ya digo, con conocimiento, con criterio, con perseverancia en favor de la salud mental.

Javier Urra es el director pedagógico del Máster online para educadores en salud mental infanto-juvenil