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“Por temor, en los decretos se da un retroceso sobre el espíritu de la Ley”

Entrevista con Manuel de Castro, secretario general de FERE.
Miércoles, 14 de mayo de 2003
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Ante las acusaciones contra la enseñanza Concertada vertidas por la secretaria general de Educación del PSOE, Carme Chacón, en la edición de MAGISTERIO del pasado 23 de abril, el secretario general de FERE, Manuel de Castro, cree necesario poner los puntos sobre las íes.

—Cuando se convocan concursos para centros como el de proyectos para de mejora de las bibliotecas escolares, ¿por qué no pueden participar los concertados?
—Es una clara discriminación de los alumnos de los concertados y no sé la razón.

—¿Puede ser para evitar que se deriven más fondos a la enseñanza Privada?
—Es que los dineros no son de la Pública ni de la Privada. Son de los ciudadanos que los pagan a través de los impuestos. Todos los alumnos deben escolarizarse en igualdad de condiciones en un centro público, concertado o privado. Además, hay que recordarle a la sociedad que los concertados no están financiados totalmente por fondos públicos y hay conceptos muy gravosos, como la amortización de los centros o la maquinaría para las prácticas de FP, que no están contemplados por Ley en los conciertos. Además, la misma administración reconoce que el puesto escolar es casi la mitad de barato en los centros concertados y aún así, se quedan tan anchos sabiendo que los módulos de concierto son claramente insuficientes admitiendo las justificaciones sobre ese déficit. Es algo que no se entiende.

—Chacón afirma que los Concertados seleccionan alumnos y eso no es legal…
—Esto es falso y ofensivo. Y creo que los políticos deberían tener un poco más de cuidado al hacer acusaciones infundadas. Si saben algún caso, deben denunciarlo porque está prohibido y sancionado por la legislación. Que yo sepa, hasta el momento, ningún centro ha sido denunciado ni condenado por prácticas de este tipo. La única discriminación se produce cuando las administraciones educativas no cubren todas las necesidades de los centros y aquellos alumnos con menos recursos no pueden acceder a las actividades complementarias ofertadas, pero que son de carácter totalmente voluntario. Entonces aparecen alumnos ‘de segunda’.

—¿Cuál es la solución?
—Tienen que cubrir el total del coste con todos los controles que quieran. Además, ahí hay una incoherencia con su programa político y un temor a que los que se autodenominan ‘defensores de la escuela Pública’ se levanten en gritos.

—FERE apoya las líneas básicas de la LOCE pero, ¿y los desarrollos?
—No estamos muy de acuerdo con que los reales decretos parezcan un retroceso respecto de lo que es la LOCE. Las razones las desconozco.

—¿Se sienten defraudados al apoyar una Ley que ahora parece cambiar de rumbo?
—Pediría que no tuvieran miedo a desarrollar la LOCE con el espíritu con el que se creó y se aprobó. Sobre todo en cuanto a la autonomía de los centros. Me parece peligrosísimo querer equiparar a todos los centros por abajo, en vez de permitirles la excelencia, el que el centro pueda arbitrar medidas que mejoren la calidad educativa. Y más cuando eso no precisa de una mayor inversión económica. Da la impresión de que se está cerrando todo lo que sea autonomía de los centros.

—¿Qué opina de los dictámenes del Consejo Escolar del Estado?
—Creo que los dictámenes de manera global han salido positivos aunque han surgido cosas extrañas como esa prohibición a la Concertada de dar más horas de clase para que se iguale con la Pública. En este sentido yo creo que sólo les falta prohibirnos que seamos ‘buenos’ y que ofrezcamos calidad. Creo que eso no tiene sentido y que, muy al contrario, hay que estimular que haya iniciativas que permitan a los centros dar calidad, investigar, poner innovaciones educativas. Creo que el estímulo y la competencias son positivos para la calidad.

—¿Que hay que hacer en pro de la mayor autonomía?
—No sabemos por donde va a ir la especialización curricular de los centros, cómo se conceden, qué requisitos se van a exigir, etc. Además, la inspección debe ayudar a los centros a mejorar la calidad educativa, y además es una mirando por el bien de los alumnos más que el cumplimiento del BOE.

Mayor autonomía de los centros

Desde la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE), su secretario general, Manuel de Castro, afirma que se sienten molestos porque “en algunos reales de desarrollo de la Ley de Calidad parece que se produce un cierto retroceso quizá por aplicarla con el espíritu con el que se ha aprobado”.
Respecto a la autonomía de los centros, FERE pide “que se establezcan unos mínimos, pero que no se prohíba ni la autonomía organizativa ni pedagógica de los centros”. Que se deje ejercer la libertad de dirección de centros que se traduce, en concreto, en que el director pueda determinar los horarios –siempre obviamente cumpliendo los mínimos que establezca tanto el MECD como las CCAA– ; que se le deje también cierta libertad y flexibilidad en cuanto a los contenidos curriculares: para poder ampliarlos, completarlos, etc. Que se puedan dar más horas de clase si se quieren dar, e incluso libertad en los horarios y la jornada escolar, así como establecer el tipo de jornada escolar y el calendario lectivo que se desee. 

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