Cientos de instituciones, por un mundo más justo

Durante este mes ha tenido lugar la que ha sido la séptima edición de la Feria de la Solidaridad de Madrid. A través de la Dirección General de Inmigración, Cooperación al Desarrollo y Voluntariado, la Comunidad de Madrid organiza, curso tras curso, este evento con el fin de dar a conocer y poner en común las actividades de cientos de ONG. Unas instituciones –concretamente, este año han sido 260 las entidades participantes, un número siete veces mayor que en la primera edición– que trabajan por el desarrollo global, con la esperanza de conseguir un mundo más justo e igual para todos.

Además, las ONG pretenden, de este modo, contactar con jóvenes –y no tan jóvenes– que deseen colaborar en sus proyectos de desarrollo de manera voluntaria. Otro de los objetivos de tan solidario encuentro es la creación de un espacio de debate, reflexión e intercambio sobre las diversas actividades de voluntariado.

Tal como sucediera en anteriores convocatorias, en la vigente edición cientos de niños y escolares han visitado la feria. Razón por la que el Pabellón 8 del Recinto Ferial Juan Carlos I ha contado con un espacio lúdico en el que se reconoce el trabajo diario de los voluntarios y de las ONG. Competiciones, campeonatos y gymkanas son algunas de las actividades infantiles en las que los niños pudieron participar, tanto de forma individual como por equipos.

Este tipo de actividades han puesto la nota divertida a un encuentro que analiza la dura situación por la que pasan multitud de pueblos y de grupos sociales en diversas partes del mundo. Así, la Fundación Ayudemos a un niño recreó en la feria una chabola nicaragüense –que bien podía ser el hogar de cualquiera, pero en este caso era “la casa de Carlitos”–, acercando, de este modo, la realidad de los más pobres.

Tampoco faltaron en la feria actividades dedicadas a la integración. Buen ejemplo de ello fue el evento denominado Mundialito Convive, cuyo objetivo es fomentar los valores de convivencia, solidaridad y participación, al tiempo que un mayor conocimiento de las distintas culturas a través de la práctica del deporte. No en vano, se trata de un torneo de fútbol sala en el que participaron equipos de 32 países, estando formado cada equipo por 10 jugadores de diferentes nacionalidades.

Por todo esto, Madrid se convirtió durante cuatro días en la capital más solidaria. De hecho, 16.000 metros cuadrados del IFEMA acogieron La Ciudad de la Solidaridad, un espacio urbano que desea y lucha por un mundo más justo e igualitario.