¡Coge el bastón de mando!
El Consejo de los Niños de Galapagar es un proyecto que permite participar activamente a sus niños en la mejora de su ciudad, ofreciendo así a los administradores la posibilidad de confrontar sus ideas con un pensamiento “diferente” como es el infantil, mucho más creativo, espontáneo e ingenuo.
El Consejo está formado por 17 niños elegidos por sus compañeros para representarlos. La idea surge de la siguiente afirmación: “Una ciudad pensada a la medida de los niños es una ciudad buena para todos”. Así, si los niños participan en la construcción de la ciudad, la sentirán suya, hoy siendo niños y mañana siendo adultos, y querrán cuidarla y defenderla como hacemos todos con nuestra casa.
Así, el trabajo del Consejo se centra, por un lado, en atender, estudiar y proponer soluciones a las propuestas que el alcalde le encarga y, por otro, sugerir nuevas actuaciones a los responsables municipales. Asimismo, desde el Consejo de los Niños de Galapagar se promueven campañas de sensibilización cívica, juegos intergeneracionales entre niños y abuelos, etc.
“Rutas seguras”
Uno de los problemas más importantes para los niños de una ciudad es la dificultad para poder salir de casa sólo e ir a los diferentes lugares sin tener que ser acompañado por un adulto. La falta de autonomía y de libertad mediatizan demasiado la vida de los más pequeños. El proyecto de “Rutas seguras” intenta aminorar un poco este problema.
El encargo del alcalde consistía en hacer más seguras las rutas más transitadas por los niños, las rutas que van desde los colegios hasta el polideportivo y el Centro Cultural “La Pocilla”. Esta idea puede contribuir a que los conductores tengan cada vez más cuidado al transitar por el pueblo y a que los padres dejen a sus hijos caminar solos por la calle, contribuyendo así a mejorar la vida y el medio ambiente en Galapagar.
El Consejo se dividió por grupos y realizó todos los itinerarios a pie, anotando qué peligros encontraba, y posteriormente buscando las soluciones más apropiadas, llevaba unas hojas de observación que más tarde se discutirían en el Consejo para buscar las soluciones más adecuadas.
Después de recoger todos los problemas observados y las posibles soluciones, nos reunimos en pleno para contrastar todo lo que se había trabajado en los grupos.
Todo el trabajo quedó plasmado en un gran plano de Galapagar, en el que se había marcado cada una de las rutas, con sus peligros y sus soluciones.
Antes de entregarle el plano y la documentación al alcalde nos reunimos con el sargento de la Policía Local, reunión en la que también estuvo presente la Concejala de Educación.
Valoración
Desde el punto de vista ideológico y metodológico, esta propuesta del Consejo es sencilla, asequible y con unos objetivos maravillosos. La participación de los niños en aquellos asuntos que les afectan es hoy aceptada por muchas personas e instituciones.
Se echa en falta en ocasiones más ilusión por parte de algunos maestros, así como el que la participación en las actividades del Consejo llegue a más niños. No obstante, la experiencia está siendo altamente positiva para todos.
Consejo de los Niños (Galapagar)
