Andalucía y Castilla y León, últimas en comenzar las clases
Autor: Marta SERRANO
No lo permiten todas las comunidades autónomas, pero la tendencia a flexibilizar el inicio de curso afecta cada vez a más centros educativos.
Son aún muchas las consejerías de Educación que dictan unas normas del inicio de curso por las que se deben regir los centros a la hora tanto de comenzar o finalizar las clases como de realizar las evaluaciones. Pero la tendencia a marcar una fecha tope para el inicio de las clases se va extendiendo por distintas regiones.
En comunidades como Castilla-La Mancha o País Vasco el inicio de curso varía según las provincias, e incluso, se da libertad a los centros educativos para que, en función de su propio sistema de organización, abran las puertas cuando mejor lo consideren. No obstante, sí hay una jornada de inauguración oficial del curso en todas las comunidades a partir de la que se orientan los centros, sobre todo, en lo que se refiere a las enseñanzas de tipo obligatorio. En algunas CCAA, como Navarra, se fija una fecha tope o una horquilla para el inicio de las clases. No obstante, como viene siendo habitual, los mayores tendrán más vacaciones que los pequeños y los últimos en comenzar las clases serán los alumnos de Ciclos Formativos, que en algunos casos no se incorporarán hasta el 1 de octubre.
Mientras los centros educativos, por general, ven con buenos ojos la flexibilización del comienzo del curso, los padres protestan tanto por el retraso en los servicios de comedor y transporte, que no suelen ponerse en marcha hasta el mes de octubre, y por el gasto que supone “la vuelta al cole”.
En comparación con el curso anterior, el 2004-05 se caracteriza porque las clases comienzan antes en general y porque se atenúan las diferencias en el comienzo del curso entre las regiones del norte y las del sur.
Es más, al margen de las fechas, el nuevo curso académico viene marcado por la polémica en torno a la gratuidad de los libros de texto, los exámenes de septiembre (ya olvidados por muchos), y, como no, por la paralización de la Ley de Calidad y el debate de las modificaciones a realizar.
En cuanto al desembolso económico de la vuelta escolar para los padres, las asociaciones de consumidores y usuarios hablan de una media de 1.000 euros por alumno. Los gastos en ropa y calzado o el uniforme, ocupan el primer lugar, con una media de 260 euros por escolar, un 20% más que el curso anterior. Le siguen los gastos en libros de texto y otro tipo de material escolar como libros de apoyo.