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Antidepresivos, prohibidos en niños

A veces es peor el remedio que la enfermedad. Esta es la conclusión de la Agencia Española del Medicamento del Ministerio de Educación y Consumo, que ha ratificado la prohibición expresa de recetar más de 20 antidepresivos para niños y jóvenes porque conducen al suicidio. Zoloft, Paxil o Prozac están entre los medicamentos afectados.
Miércoles, 22 de septiembre de 2004
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Autor: Marta SERRANO

Más vale tarde que nunca. Tras la iniciativa de países como Estados Unidos o Reino Unido, pioneros en prohibir la prescripción de varios antidepresivos para tratar depresiones infantiles y juveniles, España ha reaccionado. En concreto, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, órgano de supervisión de los fármacos dependiente del Ministerio de Sanidad y Consumo, ha ratificado la prohibición de prescribir más de 20 antidepresivos.

Se trata de medicamentos considerados neurotransmisores, que actúan sobre una molécula que activa las neuronas denominada serotonina (IRSD), y empleados normalmente para el tratamiento de trastornos depresivos en niños y adolescentes. Los principios activos afectados son citalopram, paroxetina, fluoxetina, fluvoxamina, escitalopram y sertralina, más ventalafaxina (también inhibe la noradrenalina).

Peligro de suicidio

La medida se ha tomado principalmente ante los indicios existentes de que estos medicamentos no sirven para el tratamiento de las depresiones infantiles y juveniles. Además, pueden incidir en el desarrollo de conductas suicidas, aspectos que ha puesto de manifiesto una reciente investigación publicada en la revista médica The Lancet. Así, España y la mayoría de países europeos como Francia y Alemania, se suman a la prohibición impuesta en el Reino Unido hace casi un año, que junto a las restricciones impuestas en EEUU han sido los primeros en dar la señal de alarma.

Se da la circunstancia de que España no siguió en un primer momento las recomendaciones de estos dos países porque se trataba de medicamentos de última generación que no tenían autorizado su empleo en niños y adolescentes para el tratamiento de la depresión. Sin embargo, ahora la Agencia Española de Medicamentos advierte en su alerta de que “los datos disponibles sugieren que estos antidepresivos son prescritos a este grupo de población”.

En este sentido, diversos psiquiatras y médicos consultados a MAGISTERIO advierten que son conscientes de que muchos facultativos los emplean cuando fallan las primeras terapias con psicoterapia. No obstante, en sus afirmaciones se curan en salud y subrayan que son utilizados “siempre como segunda o tercera opción”.

Para María Rosa Costa, enfermera en el servicio de urgencias del centro de salud de Las Rozas, en Madrid, “no es lo más habitual pero sí se ha dado el caso de algún joven que estando bajo un tratamiento con antidepresivos, ha tomado todas las pastillas que ha encontrado a mano en casa y ha necesitado cuidados y un lavado de estómago al intentar suicidarse”. Al preguntarle los motivos de su conducta, el joven afirmaba que “a veces no se tienen motivos para vivir”.

Por su parte, desde el Centro de Salud de Villaviciosa de Odón (Madrid), también confirman haber atendido a jóvenes “que han tratado de suicidarse”, y que a menudo “pertenecen a familias de un alto status socioeconómico”, señalan. Aún así, la ausencia de estudios epidemiológicos sobre la incidencia de los trastornos depresivos en niños y jóvenes hace casi imposible una cuantificación de los envases que se destinan en nuestro país a consumo infantil y juvenil. No obstante, el director en EEUU de la política médica, es decir, de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), Robert Temple, recordó el pasado 13 de septiembre la existencia de un “consistente aumento de los pensamientos y de las acciones suicidas” en los menores que toman medicamentos como el Zoloft, el Paxil e incluso el Prozac (único inhibidor de la reabsorción de la serotonina que hasta ahora recomendaba la propia DFA para el tratamiento de la depresión infantil.

Según esta organización, las tendencias suicidas afectan entre el 2% y el 3% de los niños en tratamiento. De hecho, los estudios realizados por esta institución, que habían permanecido ocultos hasta ahora, revelan que que los niños que tomaron antidepresivos mostraron una tendencia mayor del 50% a desarrollar “pensamientos suicidas” que los niños a los que se suministró un placebo.
 

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