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“¿Que quieren Religión...? También querrían un porsche”

Entrevista en exclusiva para MAGISTERIO con Eva Almunia, secretaria federal de Educación y Ciencia del PSOE y consejera de Educación de Aragón.
Miércoles, 13 de octubre de 2004
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Autor: J.M. DE MOYA
Marta SERRANO

La flamante secretaria federal de Educación y Ciencia del PSOE y consejera de Educación de Aragón no se muerde la lengua tanto como sus correligionarios de Gobierno.

—Tengo que decirle como observador atento que les ha salido un documento muy centrado… ¿Tal vez buscando el consenso?
—Sin duda. Hemos tenido que ceder en algunas cosas. Yo, por ejemplo, yo apuesto por una Ley de Bases y también hubiera ido más allá en el tema de la Religión.

—¿Serían mas partidarios de una Ley de Bases que de un texto reglamentístico?
—Desde luego. Vamos a ver si comprendemos en que Estado vivimos. Vivimos en un Estado a en el que las competencias en Educación son compartidas entre Estado y CCAA.

—Vamos que cuando se habla del peligro de desvertebración del sistema, a usted le suena a antiguo…
—Me parece un planteamiento rancio. En estos momentos, por ejemplo, Extremadura ha hecho una apuesta muy fuerte en nuevas tecnologías en el aula que es revolucionaria. Y en Aragón los niños tienen los libros gratis. ¿Eso quiere decir que en Aragón hay otro sistema educativo? Pues no.

—Y en cuanto a la Religión, ¿cuál es su posición personal?
—Hubiera ido más allá. Soy de las que piensa que la escuela debe ser un espacio integrador y que no ha de separar en función de lo que tú creas o no. Pero somos conscientes de que hay unos acuerdos con la Iglesia católica, con los evangelistas, con los judíos y con los islámicos que hay que respetar. Eso es lo razonable; no lo que me gustaría. Porque yo hubiera sacado la Religión de la escuela.

—Más que el respeto a los acuerdos con las distintas confesiones, ¿no piensa que habría que respetar el deseo del 70% de los padres que eligen Religión?
—Si preguntamos a la mayoría de la gente, todos querrían un porsche carrera en lugar de un panda. Una cosa es lo que demanda la sociedad y otra lo que debe hacer un gobierno. Insisto en que yo hubiera sacado la Religión del horario escolar porque no es lugar para las creencias personales.

—¿No le parece excesivo comparar que los padres quieran Religión para sus hijos con que quieran un porsche?
—¿Por qué?

—Porque es algo que solicita el 70% de los padres y porque no parece que sea un lujo…
—¿Y tú no crees que el 70% de los padres no querría tener un porsche…? Y en cuanto a lo del lujo, podría ponerte otro ejemplo: seguro que muchos padres también quieren que se les dé un helado a sus hijos en el colegio…

—Pues lo acaba usted de arreglar… ¿No le parece que para unas cosas somos muy demócratas y para otras no tanto?
—No es una cuestión de democracia. Que cada cual vaya a la Iglesia que quiera: a mí ni me importa ni me molesta. Lo que yo quiero es que a mí también me respeten. No se trata sólo de respetar a unos, sino de respetar a todos.

—Por cierto que algunos ven en la nueva disciplina de Educación cívica una vuelta de la FEN (Formación del Espíritu Nacional)…
—[Con ironía] A algunos les hubiera venido muy bien estudiarla en su momento y lo lamentable es que no la aprendieron y ahora se hacen pasar por demócratas. Eso es lo que me parece más curioso. Los que dicen eso pienso que no estudiaron esa asignatura y siguen anclados en los 70.

—Pero, ¿no es contradictorio que quieran eliminar la Religión por ese motivo y mismo tiempo introduzcan, como obligatoria, Educación para la ciudadanía que también son valores y sentimientos?
—Yo pienso que es importante enseñar qué es la democracia y qué es ser ciudadano y, a partir de ahí, uno decida si quiere ser católico o judío. O que decidan por tí, porque al final eso depende de dónde has nacido y de tus circunstancias… Se trata de enseñar unos valores que son comunes a todos, seamos de la religión que seamos.

—Otro tema. Una de las lecturas del PP, concretamente la del consejero de Madrid, es que para esta reforma no hacía falta paralizar la LOCE…
—Yo creo que si lee el documento con cierto sosiego se dará cuenta que no tiene nada que ver con la LOCE. Nosotros proponemos calidad para todos, pero entre todos: padres, profesores, administradores, sindicatos, etc. Lo que quiere el consejero de Madrid es, sin leer el documento si quiera, confundir a la ciudadanía.

—No se habla de itinerarios pero se agrupa a los alumnos por rendimiento, ¿esto no sería también segregador?
—La LOCE separaba a los listos de los tontos, a los que tienen buenos resultados de los que tienen malos resultados. Este documento es que trata de incluir antes que segregar. Trata de prevenir e introducir medidas para adecuar la respuesta del sistema en función del rendimiento del alumno. La evaluación en 4° de Primaria y en 2° de Secundaria no evalúa al alumno sino al sistema. A partir de ahí se pueden introducir medidas correctoras. Es una solución más cara que la de los itinerarios.

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