Una playa en plena sierra

Durante el mes de mayo, en diferentes momentos, seis de los siete niños se marcharon de vacaciones a la playa. A la vuelta seguían entusiasmados con el tema y observamos cómo se interesaban por todo aquello que tuviera relación con el mar, trasladándolo a muchas de sus actividades y a su juego simbólico. Así, fueron envolviendo poco a poco de ambiente marino cada rincón del aula, haciéndolo extensivo incluso a los que no habíamos ido de vacaciones.

¡Vaya, vaya! Y nosotras que nos habíamos planteado este curso estar muy atentas a los intereses de los niños y dejar que fueran ellos realmente (y no nosotras) los verdaderos protagonistas… Nos lo estaban sirviendo en bandeja: la motivación partía de ellos. Nos pusimos manos a la obra. Tan sólo tuvimos que encargarnos de proporcionarles los espacios y materiales necesarios, con ayuda de las familias, para desarrollar y enriquecer su actividad. Decidimos ir programando por el camino, dependiendo de lo que surgiese y de cómo fuera desarrollándose el proceso.

Materiales, espacio, tiempo

Para la realización de este proyecto utilizamos diversos materiales que fuimos aportando, tanto las familias y los niños como las educadoras. Así contamos con:
—Cajas de cartón de diferentes tamaños.
—Telas variadas.
—Diferentes tipos de papel: kraft, seda, pinocho…
—Témperas, ceras, rotuladores…
—Rodillos, pinceles, esponjas…
—Un “cofre” de madera.
—Conchas, caracolas…
—Flotadores, manguitos, aletas…
—Pelotas de playa.
—Bañadores.
—Toallas de playa y esterillas.
—Gafas de sol y de bucear.
—Gorros de baño.
—Sombreros, gorras.
—Sombrilla.
—Tarros y botes de crema.
—Cassettes y CDs con sonidos del mar de agua, canciones, etc.
—Vídeos sobre el mar y el agua.
—Fotos, cuentos, poesías…

Con todo este material y mucha ilusión fuimos transformando el aula en nuestra playa y mar particular. Para lograrlo utilizamos prácticamente la totalidad del espacio del aula. Así, las paredes se convirtieron en el mar donde contemplar nuestra fauna marina, en un rincón colocamos nuestro chiringuito playero, en otro nuestros vestuarios, en el suelo las telas simulaban las olas que bañaban la playa sobre la que extendimos esterillas y toallas, etc.

Todos, niños, familias y educadoras, estábamos encantados e impresionados por el ambiente marino-playero que habíamos conseguido, y por lo motivador que en todos los momentos del proceso estaba resultando este proyecto.

Aunque en un primer momento nos planteamos una duración quincenal aproximadamente, enseguida nos dimos cuenta de que los niñosnos pedían disfrutarlo durante más tiempo. De este modo fuimos recogiendo los intereses de los niños y ampliando la programación. El interés era tanto que los niños seguían disfrutando de juegos y actividades en su playa aún en el mes de julio. Y así, con nuestra playa y mar particular finalizamos el curso habiendo disfrutado de nuestras vacaciones por adelantado.

El éxito obtenido nos hizo reflexionar y plantearnos dejar toda esa ambientación en el aula, para que cuando volviesen los niños en septiembre se encontrasen de nuevo con su playa. ¿Qué mejor modo de volver que reencontrándose con lo placentero?

Al final de curso preparamos una exposición fotográfica en la que quedaron reflejados los diferentes momentos del proyecto.

Actividades

—Conversamos sobre sus vacaciones en la playa.
—Observamos y hablamos sobre los materiales que sus familias aportan de sus vacaciones.
—Observamos láminas, cuadros, fotos, cuentos, vídeos, etc., relacionados con la playa y el mar.
—Escuchamos CDs de ambiente marino.
—Actividades plásticas para la realización de los decorados y ambientación del aula.
—Recopilación de distintos materiales relacionados con la playa con ayuda de las familias.
—Construimos barcos con cajas de cartón grandes.
—Preparamos un chiringuito de playa con una sombrilla y una caja de cartón grande con caja registradora…

Soraya SANZ SANZ
Amparo SANTOS Gª
CN Pinilla del Valle (Madrid)