La enseñanza de idiomas, un aspecto a mejorar
Autor: Marta SAHELICES
Aprender un idioma correctamente en España se ha convertido en los últimos años en una necesidad educativa básica y en sinónimo de una formación completa. Esto los padres y la sociedad en general lo saben y así lo demuestran los datos ofrecidos por la encuesta Demandas de la población española sobre la Educación en España. Prioridades y aspectos de mejora.
En este sondeo, desarrollado por Demométrica, un 43,8% de los encuestados percibe la formación impartida en materia de idiomas extranjeros como inadecuada. Y los datos son aún más preocupantes a medida que aumenta el nivel de estudios de las personas encuestadas, ya que un 56% de las personas con un nivel de estudios alto considera no adecuado el contenido educativo de esta asignatura.
El análisis de estas cuestiones, según explicó Miguel de la Fuente, director general de Demométrica, deberá esperar aún algún tiempo, pero los datos descriptivos ponen de manifiesto que las personas con mayor formación son conscientes de que algo falla en materia de idiomas. Quizás por su mayor conocimiento de la globalización que sufre la realidad laboral actual, quizás por percatarse mejor de las deficiencias dada su alta formación académica.
Otra de las cuestiones abordadas por la investigación constata que los problemas percibidos como más preocupantes en la escuela son la violencia y el consumo de drogas, por este orden. No parecen datos muy novedosos, pero en el gráfico de las preocupaciones la falta de tiempo de los padres para la dedicación a sus hijos ocupa el tercer lugar. Y esa posición implica que por encima de la falta de dedicación del profesorado, los padres apuntan a sí mismos como parte de un problema educativo.
Los datos generales de la investigación revelaron que más del 85% de los españoles considera que la Educación en España necesita cambios y, más en particular –y de forma inmediata– estos cambios se concretarían en incrementar el número de profesores, garantizar la gratuidad de los libros y –de nuevo– en tercer lugar aparece garantizar el aprendizaje de una lengua extranjera.