Las Matemáticas, mejor con nuevas tecnologías

Autor: Marta SERRANO

A menudo asociamos jóvenes y nuevas tecnologías con entretenimiento. Es verdad que las nuevas generaciones utilizan el ordenador para navegar por internet, descargarse música o películas, ver el correo electrónico o chatear, pero también es cierto que en las encuestas realizadas hasta ahora los jóvenes afirman usar a menudo las herramientas de búsqueda de información. Un ejemplo de ello lo encontramos en PISA, en un reciente informe que la OCDE acaba de publicar sobre rendimiento respecto al uso de los ordenadores.

Hasta ahora el PISA que conocíamos era ese estudio en el que los alumnos españoles de 15 años obtenían unos resultados mediocres en Matemáticas respecto a los chavales de su edad de los países desarrollados. Pero el “PISA de la tecnología” nos deja otra idea, la de la mejora del rendimiento académico en esa asignatura de los chavales que utilizan en casa asiduamente el ordenador para tareas educativas. Y es que la incorporación las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) al proceso de enseñanza permite experimentar nuevos modelos didácticos en su versión de calculadoras gráficas algebraicas y laboratorios de Ciencia y Robótica que incluyen la discusión de un marco teórico (fundamentos epistemológicos y cognitivos) junto a la posibilidad de elaborar actividades con tecnología para toda la clase.

No obstante, aún hay muchos escépticos para quienes no compensa toda la inversión que se ha hecho hasta ahora para rebajar la ratio de alumnos por ordenador y dotar de banda ancha todos los equipos en los centros escolares (sólo el programa Internet en el Aula del consorcio público Red.es prevé la inversión de 337,3 millones de euros en tres años). De hecho, el PISA de la tecnología sólo constata que en casi todos los países encuestados ha aumentado el acceso a los ordenadores sin que se haya podido demostrar que el mayor acceso a la tecnología implique mejora en el rendimiento de los alumnos o en sus resultados académicos en el colegio.

En este sentido, fuentes de Red.es afirman que “para poder reconocer el papel decisivo que tienen las nuevas tecnologías en la transformación de las estructuras curriculares es preciso trabajar más en la formación del recurso humano”. Se pretende que el docente profundice sus conocimientos científicos y didácticos y cuestione su quehacer pedagógico.

Lo que parece dejar claro el estudio de la OCDE es que, al margen de que en oleadas posteriores se confirme la tendencia, “los estudiantes que empezaron a usar ordenadores hace menos de un año (10%) puntúan por debajo de la media de la OCDE, mientras los que utilizan el ordenador desde hace más de cinco años (37%) puntúan por encima de la media.

Comparaciones odiosas, pero…

Comparando medicina y Educación al cabo del tiempo, es fácil darse cuenta que un cirujano no opera ahora igual que como lo hacía en los años 60. Todo ha cambiado mucho menos la enseñanza, porque el docente sigue afrontando las dificultades en clase de manera aislada y usando el mismo encerado verde. Los alumnos siguen cogiendo apuntes y aprendiendo de libros de texto estáticos.

El estudio de la OCDE, primer informe internacional que trata de demostrar la relación entre el uso continuado de nuevas tecnologías y la mejora en el rendimiento de los alumnos de 15 años en Matemáticas, constata que el nivel académico de los alumnos es mejor cuanto mayor es la frecuencia de uso del ordenador en casa, aún cuando no se realicen tareas puramente educativas (gráfico superior). De hecho, sólo una minoría de estudiantes afirmaron utilizar software educativo, aunque sí usan con frecuencia internet como herramienta de investigación y algún procesador de textos.

En cuanto a la accesibilidad, el informe de la OCDE demuestra que los chicos tienen más probabilidades de acceder a internet desde casa que las chicas al menos en una veintena de países. Por el contrario, en la escuela, tanto chicas como chicos tienen niveles de acceso a ordenadores parecidos.

El tiempo que los jóvenes llevan usando ordenadores varía mucho de unos países a otros.

¿Por qué España no está en PISA de las TIC?

Según Schleiser, «el estudio muestra que los alumnos utilizan los ordenadores para una amplia gama de funciones, no sólo para jugar. Mientras que sólo una minoría de estudiantes afirmaron que suelen utilizar software educativo, la mitad de ellos respondieron que usan internet como herramienta de investigación frecuente y utilizan habitualmente software de tratamiento de textos, ambas opciones con gran potencial educativo».

La gran mayoría de alumnos además «se sienten confiados cuando realizan operaciones informáticas básicas como abrir, borrar y guardar archivos, y también demuestran confianza sobre sus habilidades para navegar en internet. Aunque pocos estudiantes de 15 años se muestran seguros para realizar tareas de alto nivel (crear una presentación multimedia, escribir un programa de ordenador…), la mayoría considera que podría hacerlo con un poco de ayuda». Respecto a nuestro país, el jefe de la División de estadísticas e indicadores de la OCDE, afirmó que «por desgracia, España no ha participado en este aspecto del PISA, así que no disponemos de información sobre este país salvo en lo que se refiere a la infraestructura de ordenadores», que en 2003 se situaba por debajo de la media del resto de países encuestados.

¿Y por qué no participó? Según el responsable del PISA en España en 2003, Guillermo Gil, “fue una decisión puramente política”, por tanto, habría que preguntarle al anterior equipo ministerial, el de Pilar del Castillo. Ramón Pajares, actual responsable del PISA en España no quiso comentar nada al respecto aunque afirmó a MAGISTERIO que “España sí participará en el próximo informe PISA”. Los cuestionarios se pasarán tras Semana Santa.

“La investigación pedagógica tiene poca aplicación práctica”

l responsable del informe PISA de la OCDE, Andreas Schleiser, explicó a MAGISTERIO los resultados del último informe de la OCDE que trata de responder a si los alumnos están preparados para un mundo eminentemente tecnológico.

En general, ¿cree que los estudiantes están listos para enfrentarse a tanta tecnología?
Nuestro informe ofrece una imagen positiva sobre la familiaridad de los jóvenes de la OCDE con los ordenadores, así como sobre sus actitudes y disposición ante las nuevas tecnologías. Por otro lado, hemos observado que las escuelas no aprovechan suficientemente este potencial, y que aún estamos lejos de alcanzar entornos escolares ricos en cuanto a enseñanza basada en tecnología.

¿Y los profesores?
Las nuevas tecnologías nos ayudan a pensar en el papel del profesor, la escuela y la investigación de forma completamente diferente. Todavía estamos muy lejos de convertirnos en una industria del conocimiento en la que profesores y escuelas aprendan unos de otros, y quizá incluso gracias al intercambio con los propios estudiantes (…). Hoy existe mucha investigación pedagógica, pero buena parte de ella tiene poca aplicación práctica, es decir, permanece sin relación con el día a día de la enseñanza que es el principal interés de la Educación formal. En consecuencia, existen dificultades a la hora de permitir que escuelas y profesores compartan y desarrollen conjuntamente conocimiento sobre su trabajo.
Si seguimos proporcionando instrucción en formatos cada vez más alejados de la realidad que viven los estudiantes y del mundo al que tendrán que enfrentarse cuando dejen la escuela, corremos un riesgo mucho mayor de que el centro educativo deje de parecerles interesante que si recurrimos a nuevas tecnologías de manera que los alumnos puedan participar activamente en los procesos formativos.

¿Se puede hablar de brecha digital entre alumnos en países como Grecia, México o Turquía y alumnos de Suecia o Islandia?
Sí, desde luego que existe. Apenas la mitad de los estudiantes del primer grupo de países usan el ordenador con frecuencia en sus hogares, mientras que en Canadá, Islandia o Suecia casi todos lo hacen.

Qué es más importante de cara a mejorar los resultados académicos, ¿más ordenadores por alumno en la escuela o accesibilidad y recursos de software adecuado en casa?
Ambos pueden ayudar. En casa, los estudiantes pueden expandir sus propios horizontes, y en el colegio, los profesores pueden utilizar la tecnología para individualizar y enriquecer los procesos de aprendizaje e incluso para construir conocimiento nuevo. Por ejemplo, ¿se emplea bien el tiempo copiando de la pizarra páginas y páginas de un texto histórico cuando éste es fácilmente accesible a través de internet? O en las ciencias naturales, ¿cuánto mejor entenderá el alumno los procesos científicos si puede observar fenómenos o realizar simulaciones en lugar de tener que vérselas con un texto estático lleno de fórmulas abstractas?
El PISA pone de manifiesto una asociación especialmente fuerte entre uso de internet en casa y resultados escolares. El uso en las escuelas puede compensar esta desventaja, aunque la menor relación entre el acceso en la escuela y los resultados pone en cuestión hasta qué punto el colegio equilibra está desigualdad. Por otro lado, el informe muestra que la minoría de estudiantes que tienen un escaso acceso a las TIC no están obteniendo buenos resultados en las materias principales. Esto se debe en parte a que estos estudiantes suelen provenir de entornos desfavorecidos, pero en la mayoría de países se notan diferencias aunque se eliminen los factores socioeconómicos, sobre todo en Australia, Corea, Bélgica, Alemania, Suiza y Estados Unidos. Así que es probable que las desventajas a las que se enfrentan los alumnos cuyos padres tienen escaso nivel educativo aumenten si tampoco tienen acceso a los ordenadores.

¿Ve diferencias importantes entre géneros?
Los chicos tienen más probabilidades de acceder a internet desde casa que las chicas en una veintena de países. En nueve de ellos, la diferencia es de menos de cinco puntos porcentuales, pero en otros países como Grecia o Polonia la distancia oscila entre 11 y 14 puntos. En la escuela, tanto chicas como chicos tienen niveles de acceso a ordenadores parecidos.