Leemos más, pero ¿mejor?

Los hábitos de lectura en España parecen complicados de analizar, ya que aunque el perfil del lector es joven universitario, por otro lado el libro más vendido en el 2006 sigue siendo el Código Da Vinci, muy denostado por la crítica por su falta de criterio y estilo literario y sus licencias documentales.
La respuesta a esta incógnita, que parece a priori incompatible por la formación académica de los encuestados, la podemos encontrar en otra de las conclusiones extraídas del Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros en 2006 de la Federación de Gremios de Editores de España, que afirma que los lectores son jóvenes que leen por entretenimiento. Quizás, los universitarios cansados de las densas, profundas, obligadas y sobre todo “científicas” lecturas de sus respectivas carreras encuentran en sus afanadas jornadas diarias un hueco para la ficción y las conspiraciones mundiales.

Más del 50% lee

Otra característica que se extraen de este estudio es que más de la mitad de los españoles leen, aunque sea una sola vez al mes, y que prefieren comprar en librerías. Aunque si tomamos en cuenta la frecuencia de lectura los datos no disminuyen demasiado, ya que casi el 40% del total lo hacen todos o casi todos los días; Y, según los datos de esta encuesta, novelas denominas como “comerciales”: en primer lugar el famoso código de Dan Brown, seguido por La sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafón y Los pilares de la tierra de Ken Follet.
Otro dato inherente a la lectura de libros siempre es la lectura de periódicos: el 81% de los lectores se declara lector de periódicos (no hay que olvidar la proliferación de diarios gratuitos de los últimos años).
Lo más novedoso de este estudio, según la Federación de Gremios de Editores, es que el índice de lectura supera la media de los tres últimos años, aunque seguramente la mejor noticia para ellos sea que 40% de entrevistados compró algún libro en el 2006.
Así, la conclusión que se desprende de este estudio es que el perfil del lector es mujer, universitaria, que prefiere la novela en castellano y que lo hace por entretenimiento, pero si buscamos más allá podemos afirmar que el gremio de editores, de momento, puede estar tranquilo frente a la situación que viven sus compañeros de  las discográficas. Aunque no deben bajar la guardia, sino que se den un paseo por la Plaza de las computadoras de México, donde se venden diez millones de libros piratas o ilegales al año.