Mi mamá me anima mucho a leer

Además de leer el cuento de la semana, las mamás trabajan en el aula muchos valores que sirven de modelo de conducta para sus hijos.
El primer curso de Primaria es el que sienta las bases para los posteriores aprendizajes de la etapa. La adquisición de la lectoescritura es el proceso cumbre del nivel.
En la reunión de principios de curso solicité colaboración a las familias para animar a los niños a la lectura. Conseguí que un grupo de madres se comprometiera a llevar a cabo mi propósito. El título que pusimos a la actividad fue Mi mamá me anima a leer, ya que serían ellas las que una vez por semana acudirían al aula a leerles cuentos a sus hijos.
Los objetivos que perseguía la actividad eran:
1. Comprometer a las familias en el proceso educativo de sus hijos.
2. Motivar al alumnado a la lectura.
3. Potenciar la comprensión lectora desde los primeros niveles educativos.
4. Favorecer distintos agrupamientos en el aula, de forma que se promueva el aprendizaje cooperativo.
5. Desarrollar en el alumnado la creatividad.
6. Otorgar mayor significatividad al proceso educativo.

Pasos previos

Cité a las madres que se habían comprometido para fijar cómo iba a ser el desarrollo de la misma. Decidimos realizarla los martes en la sesión de la tarde (lectiva en mi centro, con horario de 15’30 a 17’00h).
La clase tiene una ratio de 25 alumnos, por lo que haríamos tres o cuatro grupos en función de la posibilidad de asistir las madres. Cada una tendría que encargarse del trabajo con su grupo.
Se hace una selección de cuentos, tanto de corte tradicional como de otro tipo, procurando que aludan a la temática correspondiente a la unidad didáctica que se esté trabajando en cada momento.
Se habilita un rincón en el aula para exponer tanto los cuentos que se van trabajando como los dibujos que los alumnos realizan alusivos a la temática de los mismos.
Para que la lectura además de entretener sea provechosa, la mamá encargada del grupo realiza varias preguntas a los alumnos para comprobar la comprensión del texto. Durante el tiempo en el que el alumnado adquiere el hábito lector, son las madres las encargadas de llevar a cabo la lectura y la comprensión de los cuentos, pero una vez que los alumnos están en disposición de hacerlo, en ocasiones son ellos quienes toman las riendas de las mismas.

Todos los martes, día de la lectura, se dispone el aula en tres o cuatro grupos, en función de la disponibilidad de las madres. Los grupos son heterogéneos y variables, de forma que todos roten por las distintas madres lectoras, pudiendo compartir con ellas el modo de entender la actividad.
Una vez que las madres entran en el aula, los alumnos las reciben con un cálido saludo. Hay madres que vienen siempre y otras que van rotando cuando pueden. Se sitúan en cada uno de los grupos y presentan de forma atractiva el cuento del día. Todos leen el título para tener idea de la temática a tratar y comienza la lectura.