Cataluña o Castilla y León: ¿de qué comunidad copiar?

Castilla y León fue la “comunidad sorpresa” en el PISA 2003: 503 puntos en Matemáticas (los mismos que Alemania, y a 18 de la media española), 499 en Lectura (por 481 España), la primera comunidad de las cuatro que se presentaban (Cataluña, País Vasco y Andalucía fueron las demás) en matemáticas, Lectura y Resolución de problemas, la segunda en Ciencias…
Los críticos dijeron que lo tenía más fácil porque su población era bastante homogénea, pero se olvidaron de que tenía un contexto socioeconómico más desfavorable que Cataluña y País Vasco. Por ejemplo, si se detrae el efecto socioeconómico –sí, también se puede hacer con las comunidades, no sólo con alumnos y centros–, Castilla y León refuerza su liderazgo, el País Vasco se mantiene y Cataluña se hunde (en Lengua queda algo por debajo de España, y con el mismo nivel que Andalucía).

Dos estrategias

Lo cierto es que Castilla y León y Cataluña mantienen, dentro del sistema educativo español, las dos estrategias más distantes de cara a obtener resultados en ESO.
Cataluña obtiene una tasa de no repetición a los 15 años (último curso de la ESO) del 70,3%, y un “éxito escolar” (tasa bruta de alumnos que obtiene el título de ESO) del 75%. Castilla y León alcanza una tasa de idoneidad del 57,5% (muy cercana a la media), y una tasa de éxito escolar del 80% (España se queda en un 71,5%).
Si la media española dice que por cada punto que sube la tasa de idoneidad, el éxito escolar mejora 0,9 puntos, parece evidente el desajuste: Madrid, muy cercana a la media, tiene el mismo éxito escolar (74%) que Cataluña, pero la similar tasa de idoneidad (59,2%) que Castilla y León.
Es decir, tenemos un sistema como el catalán que permite pasar de curso con facilidad –de hecho, aplica una promoción automática bastante estricta hasta 4º de ESO–, y otro castellanoleonés que apuesta por la repetición y por no dejar pasar de curso a los alumnos que no alcanzan el nivel exigido. Sin embargo, Cataluña obtiene cinco puntos más de fracaso escolar que Castilla y León (y eso que el nivel de vida catalán es más alto que el castellanoleonés).
Todo se quedaría allí si sólo contáramos con las estadísticas patrias, donde no existe un solo indicador cualitativo por comunidades autónomas (ya saben, los únicos que hay los tiene el Instituto de Evaluación bajo siete llaves, no vayamos a enterarnos del desastre). Pero, afortunadamente, contamos con el Informe PISA 2003, donde, entre las cuatro comunidades que se presentaron, se encuentran las dos que nos interesan para este artículo.
Por ejemplo, podemos saber si el nivel de exigencia corresponde al fracaso que marcan los indicadores. España tiene un 23% por debajo del nivel 2 en la escala de matemáticas de PISA 2003, y un 28,5% de fracaso escolar. Cataluña, un fracaso escolar del 25%, y un 19,4% de alumnos por debajo del nivel 2 de la escala de Matemáticas. Y Castilla y León, con un 20,2% de fracaso escolar, tiene un 16,2% por debajo del nivel 2 en Matemáticas de PISA. Parece equilibrado.
[Un aparte: no parece que pueda decirse lo mismo del País Vasco, pues con un  16,3% por debajo del nivel 2 en la escala PISA de Matemáticas, marca un fracaso escolar del 13,6%. Se podría decir que el País Vasco es bastante menos exigente a la hora de dar el título de ESO que en el resto de España].
Vayamos, pues, a los niveles generales en PISA: Castilla y León obtiene en Matemáticas y Lectura 503 y 499 puntos respectivamente; Cataluña, 494 en Matemáticas y 483 en Lectura. Ya hemos dicho antes que las diferencias se hacen aún más abultadas si se detrae el efecto socioeconómico. Por el momento, parece que la apuesta catalana mantiene a su sistema escolar por debajo de lo esperable, mientras que se puede decir lo contrario del castellanoleonés.

Nivel de los repetidores

Pero se puede profundizar aún más en el análisis (es lo bueno que tiene PISA, datos para aburrir con posibilidades de profundizar lo que se quiera: cuando salga PISA 2006, con datos de diez comunidades españolas, vamos a disfrutar mucho). Se pueden analizar los niveles de rendimiento de los repetidores y no repetidores por separado (ver tabla superior).
En España hay un 29% de alumnos que ya han repetido al menos un curso cuando realizan el examen de PISA (todos tienen 15 años). Pero hay grandes diferencias: en el País Vasco han repetido un poco menos (24%), en Andalucía algo más (35%). Lo que sorprende es que en Cataluña sólo lo haya hecho el 9%, mientras que en Castilla y León ha repetido ya el 37%.
La pregunta es: ¿está justificada esa repetición tan elevada? ¿le sirve para algo a esta comunidad? ¿le sirve la escasa repetición de algo a los alumnos catalanes? Hay que recordar que la repetición sale bastante cara a un sistema escolar. Pero más cara sale la falta de preparación, cosa que se olvida demasiado a menudo.
Los datos de PISA indican que lo que se mantienen son las diferencias medias entre repetidores y no repetidores dentro de un mismo sistema escolar: sean en España o en cualquier comunidad, rondan los 90 puntos en Matemáticas y los 95 en lectura.
Pero lo que varía, y muy considerablemente, es el nivel medio, tanto de repetidores como de no repetidores, en cada comunidad autónoma. En Matemáticas, la media de los repetidores es de 420 puntos, y la de no repetidores de 512. En Castilla y León, 537 de no repetidores frente a 446 los repetidores. En Cataluña los no repetidores se quedan en un exiguo 503, y los repetidores en 418. Prácticamente las mismas cifras que en Andalucía. Y hay que tener en cuenta que los no repetidores están a punto de abandonar el sistema educativo.
Dos apuestas distintas, con distinto efecto en los escolares de cada territorio. El MEC copia la apuesta catalana. ¿Está justificado?

FUENTE: Elaboración propia sobre datos del MEC. Series por CCAA.

Cataluña y Castilla y León, las dos excepciones

El análisis del gráfico, que relaciona la tasa de idoneidad a los 15 años (el porcentaje de alumnos que a esa edad no ha repetido ningún curso) y la tasa bruta de graduación en ESO (el porcentaje de alumnos que consigue el titulo de Secundaria) muestra que hay dos comunidades que se distancian de la tendencia general: Cataluña tiene una tasa de idoneidad muy alta, y un fracaso escolar de un 25%, cercano a la media; por contra, Castilla y León tiene unos índices de repetición cercanos a la media española, y un fracaso escolar bastante bajo (20,2%).