Más de 27 puntos separan a las CCAA con más y menos tasa de abandono educativo

Autor: José M.Lacasa

En los últimos cinco años, la evolución española en los indicadores principales definidos para cumplir los objetivos de Lisboa 2010 ha sido negativa. Aunque se apunta una breve mejora en los dos últimos años en uno de ellos, lo cierto es que aún andamos por debajo de lo conseguido hace un lustro. En uno, estamos al mismo nivel que en 1996.

En cuanto al abandono educativo temprano –porcentaje de la población entre 18 y 24 años que no ha completado la Secundaria superior y no sigue ningún tipo de estudios–, España mejoró tres puntos entre 1996 y 2001, pero se desplomó en los años siguientes. Un repunte positivo en los dos últimos años nos ha permitido situarnos en 2006 prácticamente al nivel de 2001, aunque los datos de fracaso escolar y de titulación en postsecundaria no permitan hacerse demasiadas ilusiones con respecto al mantenimiento de la mejora.

Aunque los resultados del abandono educativo temprano son producto de una encuesta, y por tanto sujeta a márgenes de error –más grandes cuanto más pequeña sea la comunidad autónoma–, sí puede decirse que la evolución ha sido bastante desigual: mientras que Navarra, C. Valenciana y Baleares reducen en al menos cuatro puntos su nivel de renuncia de los alumnos,  Asturias y Madrid empeoran sus índices en otros cuatro puntos. Aragón, por su parte, tiene una subida de más de siete puntos, pasando del tercer lugar en 1996, y el quinto en 2001, al décimo lugar en 2006.

Títulos en posobligatoria

La evolución es aún peor en el segundo indicador: el nivel de formación de los jóvenes –el porcentaje de población entre 20 y 24 años que ha obtenido al menos el título de Secundaria superior– no ha dejado de caer desde 2000. De hecho, España perdió 3,4 puntos desde 2001, perdiendo todo lo recuperado en el lustro anterior.

Por regiones, tan sólo Navarra y la C. Valenciana han mejorado más de tres puntos en el periodo 2001-06, mientras que no son pocas las comunidades que han empeorado considerablemente. Mientras que País Vasco, Cantabria, Galicia, Cataluña, Extremadura y Baleares se quedaron estancadas, sólo las comunidades castellanas empeoran al ritmo de la media española: Castilla y León (2,8 puntos menos) y Castilla-La Mancha (3,5 puntos menos).

Pero son seis las regiones que han empeorado sus cifras de titulados considerablemente, más de seis puntos: mientras Andalucía, Murcia y Asturias consiguen agravar la situación menos de siete puntos, La Rioja cae 7,1 puntos porcentuales, Aragón 7,6 y Madrid 9,3 puntos. Paradójicamente, la región con mejor evolución económica en los últimos años es la que peores indicadores educativos presenta.

Disparidad de sexos

Por sexos, las diferencias abismales de costumbre en el país de la igualdad educativa: doce puntos entre hombres y mujeres en la tasa de abandono educativo temprano, catorce en el nivel de formación de la población joven.
Estas diferencias van a peor según avanza el tiempo: mientras que en 1996 la diferencia de abandono entre ambos sexos era de 10,6 puntos, en 2001 ya era de 12,9 puntos; en 2006 bajó hasta los 12 puntos. Por otro lado, las diferencias entre sexos del porcentaje de jóvenes que no obtuvieron el título de Secundaria superior pasó de 11,8 puntos en 1996 a 12,6 puntos en 2001, subiendo a 14,4 puntos en 2006.

“Igualdades” del sistema

Para continuar con nuestro igualitario sistema, “sólo” 27 puntos separan a Navarra de Murcia en la tasa de abandono educativo temprano –no está mal, teniendo en cuenta que la media española es del 30%: una variabilidad extrema–, mientras que en el nivel de la población joven la diferencia es de tan sólo… 32 puntos, que son los que separan a Navarra –siempre en cabeza– de Baleares, en este caso farolillo rojo.
En varones, estas diferencias se van a más de  cuarenta puntos en el caso del nivel educativo de los jóvenes, y a 38 en el caso del abandono educativo temprano. En mujeres, 27 puntos tanto en el primer caso como en el segundo. Como siempre, igualados.