"No me voy a sentar a negociar bajo la amenaza de no entregar las notas"

El STEC y demás exigen una subida salarial de unos 400 euros mensuales, sin contrapartidas. La consejería dice estar dispuesta a pagar más pero a cambio de esas mejoras que tanto necesita la Educación canaria. Sube el tono de la negociación: los sindicatos amenazan con colapsar los colegios, no entregar las notas… La consejera acepta el envite y puentea a los sindicatos enviando una carta a los profesores y otra a las familias en la que explica su posición: “Bajo la presión de colocar al borde de la crisis al sistema educativo yo no voy a negociar, ni me voy a amedrentar”… Aquí va a pasar algo.

Consejera, preparando esta entrevista recordaba otra que hice en el año 99 al que entonces era consejero de Educación, José Miguel Ruano. Acababa de llegar al cargo en pleno conflicto con los sindicatos y me contó que le habían insultado por la calle delante de su hija, que se abalanzaron sobre el coche oficial…
…le escupieron.

¿Le parece que lo que está pasando ahora tiene que ver con aquéllo?
Yo también me he acordado estos días. Pudo ser una tragedia porque a la salida del Parlamento se abalanzaron

Por tanto, se repite la historia.
La naturaleza de los conflictos es diferente, pero hay varias coincidencias como, por ejemplo, que hay unas elecciones dentro de poco.

En aquella ocasión, Ruano nos dijo que él estaba recogiendo los frutos amargos de las cesiones que había hecho su propio partido al STEC en la legislatura anterior. ¿Ocurre lo mismo ahora?
Ocho años después creo que el análisis sigue siendo válido. Las siglas son las mismas. Las posiciones más intransigentes proceden de los mismos sindicatos que se manifestaron así en el 99. En la década de los 80 y 90 los sindicatos tuvieron mucha fuerza en Canarias con insignes representantes sindicales ocupando altos cargos en la Administración. Yo creo que hay que erradicar la política del chantaje, del grito y de las maniobras de presión en corto. De todos sitios pero especialmente de un servicio público como es la enseñanza.

¿Le parece que no hay un sincero interés por llegar a acuerdos?
Mire, le puedo dar un dato. Antes de presentar los presupuestos en el Parlamento, el presidente del comité de huelga me pidió que tuviéramos una última reunión. Me pareció bien y la convoqué para el lunes siguiente. Pues bien, el domingo salió el STEC en prensa para decir que en ningún caso se iba a llegar a acuerdo. Dijeron que la consejera había suspendido en lectura comprensiva…
 
¿Por qué dijeron eso?
Porque ellos estaban hablando de homologación salarial sin contrapartidas y yo hablaba de retribución vinculada a objetivos de calidad. No es que esté suspendida en lectura comprensiva sino que queremos cosas diferentes.

Parece que los sindicatos no quieren oir hablar de vincular salario y productividad.
Eso ni pensarlo. En todo caso, yo suelo distinguir entre profesorado y representantes sindicales. Primero, porque la inmensa mayoría trabaja estupendamente y se deja la piel con los chicos y chicas. Y segundo, porque me consta que no se le hace llegar la oferta que el Gobierno ha puesto sobre la mesa vinculando retribución con objetivos de mejora.

Por eso, la famosa carta…
En efecto, enviamos una carta a los 26.000 docentes canarios donde explicábamos nuestra oferta

Por ejemplo, usted propone retribuir más a quien dé horas de tutoría…
¿Por qué no se acercan muchos padres a los centros? Pues porque les dan hora a las 10 de la mañana… Ni yo puedo ir, ni ninguna de mis compañeras, claro. Esto no significa que tengan que trabajar más horas, sino que habrá que flexibilizar horarios…

¿Le parece que algunos centros están fuera de la realidad?
A mí me parece que está mal orientado cuál es el objeto de la Educación: ¿el profesorado –que son los trabajadores– o los niños y las niñas? Aquellos centros que han entendido que la competitividad es un valor tienen aseguradas sus matrículas; por ejemplo, aquéllos que entienden que un buen programa de comedor escolar es una fortaleza, tienen cola.

También ha publicado en prensa otra carta, ésta dirigida a las familias que los sindicatos han entendido como una provocación.
Sí, les ha molestado mucho y han amenazado con llevarme al juzgado por malversación de fondos. ¿Qué les molesta? Que les diga a las 300.000 familias que estoy preocupada por la amenaza sindical de quebrar el servicio público de enseñanza.

¿Piensa hacerles frente?
Yo no quiero hacer frente a nadie, pero tengo claro cuál es mi posición, que es la posición del gobierno de Canarias, y no soy mujer que se achante fácilmente. Por tanto, en defensa de los derechos de los usuarios de ese servicio público esencial –los menores y sus familias– haré todo cuanto sea necesario, por supuesto, dentro de la legalidad y abierta al diálogo. Lo que no voy a hacer es ceder al chantaje ni negociar bajo presión.

¿Cómo le están presionando?
Por ejemplo, diciendo que van a paralizar el sistema público educativo en Canarias. No me voy a sentar a negociar bajo la amenaza de no entregar las notas o de suspender las actividades extraescolares. [Con ironía] Supongo que se referirán a las complementarias porque el profesorado en Canarias no asume actividades extraescolares: las asumen las asociaciones de padres o los ayuntamientos pero no el profesorado. Por tanto, bajo la presión de colocar al borde de la crisis al sistema educativo yo no voy a negociar ni me voy a amedrentar.