Inmigrantes, repetidores, superdotados... El reto de la diversidad en nuestras aulas

Autor: Diego FRANCESCH

El notable aumento de aulas específicas en centros ordinarios en los últimos años revela el creciente esfuerzo del sistema escolar a favor de la integración de los alumnos con necesidades especiales. Bajo esta denominación se agrupa una enorme variedad de circunstancias que van desde la sobredotación intelectual hasta la condición de inmigrante. En los últimos años ha aumentado el número de alumnos que requieren una atención específica, ya sea por la lengua, el atraso en el rendimiento escolar o por sus altas capacidades.

En siete años el número de alumnos a los que se les ha detectado sobredotación intelectual se ha multiplicado por 2,5, según los datos de la Fundación Encuentro, en su informe anual sobre la realidad social en España. Además, el sistema educativo escolariza ya a más de medio millón de alumnos extranjeros en enseñanzas no universitarias (7,4% del alumnado). Y el porcentaje de inmigrantes que realiza Programas de Garantía Social ha pasado del 2,1 en 2000 al 11,4% en 2006.

Del total de alumnos con necesidades (136.075) la mayor parte están escolarizados en centros y aulas ordinarias (78,9%), el 18,2% en centros específicos y el 2,9% en centros ordinarios pero en aulas específicas. Cataluña es la comunidad con más centros específicos. Navarra, Andalucía, el País Vasco y Canarias, las que más aulas específicas tienen.

Según el informe de la Fundación Encuentro, “los centros han de hacer frente a una creciente diversidad, pero la mayoría de los profesionales no están preparados, especialmente en Secundaria”. En el ámbito de las dificultades de aprendizaje, por ejemplo, hay que identificar primero y resolver adecuadamente, después, y además cuanto antes, a aquellos alumnos que, con un nivel de inteligencia dentro de la media de su edad, no alcanza el nivel educativo adecuado, tienen bajo rendimiento escolar y fallan en áreas instrumentales como el lenguaje, la lectura, la escritura o el cálculo.

Algunos de los indicadores de estas dificultades de aprendizaje se reflejan en datos como la tasa de idoneidad (alumnos en el curso adecuado a su edad y que no han repetido curso) que en España en 2006 está –a los 15 años– en el 57,7% (51,5% de hombres y 64,1% de mujeres).

Otro dato es el fracaso o abandono escolar y el nivel de competencias básicas, indicadores que se analizan tanto en la tasa de fracaso escolar (alumnos que no obtienen el Graduado en la ESO) como en los informes internacionales de competencias.

El porcentaje de alumnos que repite curso aumenta considerablemente a partir de los 12 años, la edad de inicio de la ESO. Y es un 12,6% más en hombres que en mujeres.

La tasa de abandono es una de las más altas de Europa, pese a que los Programas de Garantía Social han desempeñado un papel importante a la hora de favorecer la continuidad de la escolarización. En el curso 2005-06 los alumnos de más de 16 años que cursaban un PGS eran 25.580. Y la tasa neta de escolaridad a los 17 años en el curso 2004-05 era en España del 83%, sólo por delante de Italia, Reino Unido, Luxemburgo y Portugal.

La incidencia del fracaso o del abandono es mayor entre los alumnos inmigrantes, como demuestra que en 2005-06 ya había un 11,4% de los alumnos extranjeros en Programas de Garantía Social, frente al 2,1 del curso 1999-00.