Ambos indicadores corresponden a dos de los objetivos de Lisboa 2010 y, aunque sabemos desde hace años que España no iba a alcanzar las cifras acordadas para el conjunto de la Unión Europea, pocos pensaban que para 2010 vamos camino de tener peores resultados que cuando se definieron los objetivos. Probablemente seremos el único país en marcar semejante hito.

El abandono educativo temprano es el porcentaje de población entre los 18 y los 24 años que no ha completado el nivel de Secundaria superior –tienen como mucho el título de ESO– y que no sigue ningún tipo de Educación o formación en las últimas cuatro semanas.

Aunque en 2008 va a emplear un nuevo sistema de cálculo, en este artículo se han utilizado los datos de 2008 con la metodología antigua, para intentar comprender qué está pasando en España. De hecho, con la metodología nueva España empeora casi un punto y roza el 32% de abandono, mientras que con la metodología antigua nuestro país se queda “sólo” con un 31,2%.

Como puede verse en la tabla superior, donde se han reunido los datos de este indicador para España y para todas las comunidades autónomas desde 1992 hasta 2008, en la evolución de España y de la mayor parte de las comunidades autónomas el año 2000 marca un antes y un después. En ese año es cuando comienzan a entrar en el indicador las cohortes escolarizadas mayoritariamente en el sistema Logse.

Lo primero que se puede constatar en la tabla es el retraso histórico español en cuanto a Educación se refiere: en 1992 aún dos comunidades tenían un abandono educativo temprano por encima del 50%, mientras que la media española estaba aún en un 41%. Las comunidades con mejores resultados, País Vasco y Navarra, estaban por encima del 25%.

Lo segundo que se puede constatar es la increíble velocidad con que la antigua Ley General de Educación de 1970, con la ayuda de los Pactos de La Moncloa y el apoyo de los Gobiernos democráticos –y la inestimable colaboración de una generación de jóvenes dispuesta a aprovechar oportunidades que sus padres, en su inmensa mayoría, no tuvieron–, estaba reduciendo la brecha que nos separaba de Europa: entre 1992 y 2000 España mejoró doce puntos el abandono educativo temprano.

Lo que es más importante: todas las comunidades menos tres, tuvieron una mejora significativa durante tales años. Sólo Baleares, bajo el ámbito de gestión del Ministerio de Educación hasta 1997, desaprovechó esos años –educativamente hablando– en los que España dio el salto más importante de su historia reciente. Sin embargo, dos comunidades con un atraso proverbial, como Andalucía y Castilla-La Mancha, mejoraron muy por encima de la media: 15 y 19 puntos respectivamente.

La quiebra de 2000
Pero entonces, hacia el año 2000, los alumnos de la Logse comienzan a llegar al indicador: hay menos bachilleres y menos graduados en FP (en este último caso, justificado por el retraso en la edad de obtención del título), y el indicador se estanca, cuando no cae.

Desde entonces, entre 2000 y 2008, y a pesar de que ya estaba establecido que el abandono educativo temprano era un indicador prioritario para España, la serie ha caído dos puntos y, lo que es más importante, ni una sola comunidad ha conseguido mejorar sus cifras desde entonces.

Esta quiebra ha perjudicado sobre todo a las comunidades que estaban obteniendo una mejor evolución, pero España en su conjunto vio quebrada una línea ascendente que, de haber continuado, nos hubiera situado hipotéticamente alrededor de un 17%, lejos aún del objetivo del 10%, pero en la estela de los países de nuestro entorno.

El caso de Madrid es el más evidente: antes de 2000 la mejora fue de más de 13 puntos, pero con la Logse no ha hecho más que caer, y es la comunidad con peor evolución, aunque aún sus diferencias no son significativas.

Evolución por sexos
También por sexos se han notado las dos etapas: entre 1992 y 2000 las mujeres mejoraron más de 13 puntos, mientras que los hombres sólo mejoraron 11. Después de 2000, ningún grupo mejoró, sino que se estancaron los resultados.

Naturalmente, lo que se esconde tras estos datos son las elevadas tasas de fracaso escolar en España: la inexistente diversificación del sistema educativo se ha convertido en la principal barrera para que un tercio de los jóvenes españoles no accedan al título de Secundaria superior. La mejora –muy leve– del fracaso escolar en 2008 llegará tarde para mejorar los datos de 2010, como llegarán aún más tarde los posibles resultados de los PCPI: nada nos impedirá hacer el ridículo más espantoso en 2010.

Además del fracaso, ¿qué hace que la cifra de abandono sea tan alta? En un próximo análisis, dentro de 15 días, MAGISTERIO intentará analizar cuales son las principales causas de la evolución de este indicador, la influencia del fracaso, de la inmigración o del nivel educativo de los padres. También cual será la evolución del indicador en los próximos años y qué se puede hacer para comenzar a disminuir esta cifra de cara ya a 2020.

Si, como dice la UE, el abandono educativo temprano es una medida de la cohesión social del país, la sociedad que está creando este sistema educativo va a traer más problemas que soluciones a la crisis.

Definiciones

Definición
El abandono educativo temprano (Early School Leavers) se define como el porcentaje de población entre 18 y 24 años que no ha completado el nivel de Secundaria superior (Bachillerato o FP de Grado Medio en España) y que no sigue ningún tipo de Educación o formación en las últimas cuatro semanas.

Eurostat
Los datos de todos los países aún no han sido publicados por Eurostat, la agencia estadística de la Unión Europea, por lo que no es posible comparar con el resto de Europa. En 2007 España estaba en antepenúltimo lugar, solo “superada” por Portugal y Malta. Durante el verano saldrán los datos de 2008, aunque Magisterio adelanta el dato español.

Cambio metodológico
Este año Eurostat cambia la metodología, e incluye en el cálculo no sólo los datos del segundo trimestre del año, sino todos los trimestres del año. Los datos con el nuevo cálculo puede verlos en la página siguiente.

Repetición
En España, las enormes tasas de repetición –que no existen en la mayor parte de Europa– falsean este indicador: si no hubiera tantos alumnos entre los 18 y los 21 años estudiando Secundaria, el dato sería mucho peor. Un 40% no sacará el título de Secundaria superior.