Sólo el 21% de los padres participa activamente en la vida del centro

La preocupación por la participación real de las familias ha llevado recientemente a varias iniciativas realizadas por parte, sobre todo, de Escuelas Católicas, la entidad que aglutina a los centros de religiosos. Al final del curso pasado se presentó el documento Familia y escuela. La responsabilidad de un compromiso educativo compartido, donde se presentan los datos de participación actual y las propuestas de una relación mayor.
Las conclusiones reflejan que, a pesar de los múltiples tipos de familia, todos reconocen su valor fundamental. A pesar de que la participación en la escuela es escasa (21%), es mayor en Infantil, en temas disciplinarios, en centros privados, en familias de padres con mayor nivel académico y en entornos favorables. Todo muy previsible. Lo que está claro es que hay que mejorar la relación y la complementariedad entre los intereses de la escuela y los de los padres, con tendencia a que converjan.  El cómo se haga es donde hay más discusión.
Algunas de las claves de esta participación pasan, para la escuela, por la creación de una identidad clara, un proyecto educativo propio, optar por la calidad y la mejora continua y promover valores claves. En definitiva, dice el documento, “entrar en clave de comunidad educativa” y que las familias puedan tener un claro marco de referencia en el que se impliquen. Para el relator del documento, Ángel Miranda, se trata de “cambiar esquemas de relación ya caducos”.

Intereses educativos
Para la familia, la clave de la relación es la formación y la información permanente, la participación y relación en y con el centro, especialmente en la tutoría. Para Miranda, las grandes diferencias de participación se derivan “de los intereses auténticamente educativos de las familias”.
En este marco, la Administración también tiene su papel en la implantación de una verdadera a gratuidad; en la financiación de las asociaciones; con la mejora de la orientación y con la implantación de sistemas de mejora y reconocimiento de la función directiva. Además de la recuperación de la autoridad y del reconocimiento del profesorado. Además, es función también de la Administración en este contexto la mejora de la libertad de elección de centros en función de proyectos educativos acordes con las familias, la eliminación de las desigualdades en la remuneración y horarios del profesorado en las distintas comunidades, la lucha contra el abandono escolar y el trabajo por un Pacto escolar estable.
Ángel Miranda no oculta el objetivo “en cierta medida utópico de nuestra propuesta”, y el documento habla en términos de “trabajo cooperativo, aprovechamiento y mejora de oportunidades, sin perder de vista las exigencias de fidelidad y compromiso con la identidad y la calidad del Proyecto Educativo”.

Datos de participación
–Nueve de cada diez
Aproximadamente nueve de cada diez alumnos estudian en centros que cuentan con una o varias AMPA.

–67% de los padres
En el 85% de los centros de Primaria existen estas asociaciones y forman parte de ellas los padres del 67% de los alumnos. Sólo el 21% de ellos participa activamente en la vida de la AMPA y de la escuela.

–88% de padres de la ESO
Es más alto el porcentaje (88%) de alumnos de Secundaria Obligatoria que estudian en centros con estas asociaciones.

–Participación activa baja
Aunque en la ESO los porcentajes de pertenencia son del 58% y la participación activa de los padres se reduce al 15%.

–De 1995 a 2003
Desde 1995 hasta 2003 la pertenencia de los padres a las asociaciones ha aumentado del 57% al 67% en Primaria, pero ha disminuido del 56% al 21% el índice de participación activa en las actividades de las asociaciones.

–En Secundaria
En la ESO han bajado ambos porcentajes (de pertenencia y de participación activa) aunque en cuantías muy pequeñas.

–Públicos y privados
Según el INE, los índices de pertenencia y de participación según la titularidad del centro es mayor en lo centros privados que en los públicos, tanto en Primaria, con 11 puntos de diferencia, como en Secundaria, con 15 puntos de diferencia.

–Nivel de estudios
Tanto en Primaria como en Secundaria, cuanto mayor es el nivel de estudios de los padres, mayor es el porcentaje de alumnos-hijos asociados. En Primaria, el nivel de estudios universitarios de los padres es 17 puntos mayor que el de padres con estudios primarios. En ESO es de más de 21 puntos.