Diseñar una gestión correcta de la diversidad cultural en España

El porcentaje de inmigrantes censados en el año 2000 era del 2,28%, mientras que actualmente suponen el 12,2% de la población. Según la Fundación Bertelsmann, esta comparativa de cifras demuestra la diferencia entre la inmigración en España a la de otros países con mayores porcentajes como Alemania, Francia o Gran Bretaña con un aumentando de población de forma más escalonadamente.

En un breve período de tiempo, se ha producido un importante cambio demográfico. Y según la Plataforma Diálogo y Acción, el problema de esta rápida transformación es que no ha dado tiempo a diseñar una gestión adecuada de la integración de inmigrantes con orígenes tan diversos: “El tiempo de transformación de las sensibilidades no es el mismo que el de las  necesidades socioeconómicas”.

Otro aspecto que se va a destacar durante este congreso es el de la pobreza como factor que dificulta su integración: bien porque no satisfacen sus expectativas económicas los primeros meses de llegada, o bien porque entienden su permanencia en el nuevo país como una situación transitoria para ahorrar el máximo y regresar a su tierra. De esta forma, la pobreza no se vive como una situación penosa, sino como un sacrificio para conseguir más adelante el nivel de vida deseado.

Desde la Fundación también se va a insistir en la importancia de la comunicación como el factor más decisivo para que coexistan comunidades culturales diversas. Sin dejar espacio a la sociabilidad, la fundación entiende que es muy fácil guiarse por los estereotipos y  la desconfianza.

Otra reacción que se advierte es la tendencia a pensar que la sanidad y la Educación pierden calidad debido a la atención de los inmigrantes. La Plataforma defiende que esta sensación deriva de las dificultades para asignar correctamente los recursos en favor de la integración, debido a la rapidez con que ha crecido este fenómeno.

Pensar soluciones
La Fundación Bertelsmann entiende que no se puede hablar de inmigración como un concepto general sin caer en equívocos, y que por eso, tampoco se puede hablar de una única política de inmigración común a todos, salvo en lo que se refiere a cuestiones burocráticas. La Fundación explica que la integración de un empresario argentino en España no tiene nada que ver con la integración de un trabajador senegalés que llega sin papeles.

Partiendo de esta reflexión, en el V Congreso Diálogo y Acción, se estudiará la importancia de la Educación para mejorar la integración. El inmigrante no sólo necesita recursos materiales, porque está viviendo un proceso de reconstrucción de su identidad personal y necesita elementos emocionales para adaptarse. Y este elemento educativo será mucho más eficaz a la hora de integrar a niños y jóvenes inmigrantes que acuden a la escuela.

Otro de los aspectos que se tratará en el encuentro afecta a los poderes públicos, a quienes se instará a realizar una gestión adecuada de la diversidad cultural en materia legislativa y política. Por un lado, porque definiendo las competencias a nivel local, autonómico y nacional, se responde de forma inmediata a las circunstancias particulares de cada inmigrante; y por otro lado, porque el establecimiento de vínculos culturales entre países tiene que ser algo más que una parte obligada de las relaciones políticas o económicas.

Además, la responsabilidad que tiene la sociedad civil de hacer que la integración de los inmigrantes sea una realidad y realmente sirva para enriquecer a la propia sociedad a través de Organizaciones no Gubernamentales, grupos religiosos, sindicatos, asociaciones, etc. La Fundación considera que ésta es una responsabilidad compartida con la Administración del Estado.

Por último, los organizadores del Congreso llaman la atención sobre el papel de los medios de comunicación, responsabilizándoles para hacer un tratamiento cuidadoso de los temas, evitando prejuicios, para fomentar una opinión pública libre.