Llega el iPad al “Tajamar”: un nuevo modo de enseñar avanza en la sociedad

La enseñanza necesita adaptarse siempre a los tiempos para seguir cumpliendo su tarea de educar a las generaciones actuales. Primero fue la palabra, luego el cincel y la piedra, a continuación el papel, y, posteriormente, la imprenta universalizó la enseñanza con la aparición de los libros. Y así hemos continuado durante siglos.
“El progreso se impone también en esta época. Los revolucionarios cambios tecnológicos han variado nuestro modo de acercarnos al conocimiento y aprender experiencias”, cuenta Joaquín Almela, subdirector de Primaria del “Tajamar” y uno de los profesores que dirige la implantación del iPad en las clases. En este marco, las tabletas electrónicas adquieren un valor muy grande. No estamos hablando de que las máquinas sustituyan la mano humana para ganar en eficiencia. La Educación no es construir máquinas. Por eso las tabletas en el aula son una nueva herramienta que abre unas posibilidades inmensas al profesor y al alumno en su trabajo de enseñar-aprender. Y a los padres también, pues el ahorro en gastos de libros es considerable. El estudio realizado en “Tajamar” prevé que la inversión inicial en la tablet se amortice en dos años, y al tercero ya se ahorre en la compra de material escolar.

En “Tajamar” se apostó por la tecnología Apple desde el año pasado. Durante el curso 2011-12 el colegio se propuso dar un salto importante en la implantación de las nuevas tecnologías. Las familias lo estaban pidiendo también. Se buscaron experiencias en colegios de otros países de la Unión Europea donde esta tecnología estaba muy introducida, especialmente en el Reino Unido. Al final se optó por el iPad.

De este modo, el curso pasado se puso en marcha un proyecto piloto. Una clase de 6º de Primaria tuvo a su disposición 22 iPads para trabajar en el aula durante un mes. El objetivo era evidente, “necesitábamos ver cómo se utilizaba este dispositivo con un carácter educativo y hasta qué punto los profesores tienen que adaptar su metodología a esta tecnología”, dice Almela. El resultado está a la vista. Este curso 2012-13 todos los alumnos de las tres clases de las cuatro que hay en 5º de Primaria tienen iPad. Hay una que no porque se ha hecho de modo voluntario. “Las familias que querían entraban en el proyecto. Han sido prácticamente todas”, señala Josemaría Madrid, secretario general del colegio.

Los profesores comprueban que esta tecnología facilita muchos aspectos educativos como la atención a la diversidad. Con la tablet puedes realizar actividades adaptadas a las capacidades de los alumnos, de tal modo que todos pueden estar haciendo a la vez actividades adaptadas a su desarrollo intelectual. Ni los estudiantes más capacitados impiden que los otros se aburran, ni la dedicación a éstos es obstáculo al desarrollo de los primeros. Todos avanzan progresivamente y no hay desigualdades educativas.

Los educadores que trabajan en las aulas con iPads reconocen que “el factor de motivación es también muy fuerte. Los alumnos acceden a unos contenidos diseñados de un modo atractivo. No sólo por la estética, sino porque también interactúan. Además, la posibilidad de la autoevaluación inmediata provoca en el alumno un deseo de hacer los ejercicios completos y bien. Sabe que la solución está ahí y la curiosidad le lleva a encontrar la respuesta correcta”. Por esta misma razón el profesor tiene más tiempo para preparar los contenidos de las clases.

Por último, hay que señalar otra ventaja: el orden en el aula. Con esta tecnología no es necesario que los alumnos se levanten para preguntar al profesor cómo se hace un ejercicio. La respuesta está en la tablet. Tampoco necesitan salir a la pizarra a contestar los ejercicios. La tablet se proyecta –incluso varias a la vez– en una pizarra digital y todos ven los ejercicios realizados.

José María Galindo Garrido
Colegio “Tajamar” de Madrid