Fapac reivindica que el éxito escolar también se fragua en las familias
En una entrevista con Efe, el presidente de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de Cataluña destaca que las familias catalanas han realizado múltiples aportaciones a la escuela pública en trabajos voluntarios desde la transición a la democracia, e incluso antes. "Esa inversión, que no se ha cuantificado nunca, se la ha apropiado la administración, que no reconoce las aportaciones de años de las familias", considera Castillo.
A su juicio, "donde hay más participación de las familias, se da mayor éxito escolar", razona, "y eso lo reconoce todo el mundo, e incluso se reclama desde la conselleria que los padres colaboremos" en casa, ya sea con los deberes o animando la afición a leer. "No lo digo solo yo, lo dice la Unión Europea", en un informe en el que se concluye que, en las escuelas en las que las familias participan activamente, los resultados académicos de los alumnos mejoran substancialmente, explica Castillo. En el mismo sentido, la Fapac ha exigido que se reconozca el "valioso e invisible" trabajo que desarrollan las asociaciones de madres y padres de alumnos, "ya que en estos tiempos de crisis está siendo clave para preservar servicios educativos fundamentales que garantizan la cohesión social y la igualdad, cuando actualmente el 26% de los niños están en riesgo de exclusión social".
Presidente de la mayor asociación de AMPA de escuelas públicas de Cataluña desde hace un año, Àlex Castillo reconoce que en los últimos tiempos el diálogo con la Conselleria de Enseñanza de la Generalitat de Cataluña "no es demasiado fluido", una relación que no ha mejorado por el reciente anuncio de la consellera Rigau de cerrar 73 líneas de P-3 de cara al próximo curso. La supresión de las 128 clases en Educación Infantil, 73 en P-3, se suman a las 133 que ya se cerraron en el actual curso 2012-13, debido a razones demográficas y de "ajuste", en centros públicos y concertados, según el gobierno catalán.
En opinión de Castillo, la consellera de Enseñanza, Irene Rigau, "debería haber esperado a conocer las preinscripciones antes de decidir en qué escuelas no se mantendrían las aulas de P-3", y ha estimado que, en su mayoría, se ha optado por afectar a escuelas nuevas, con perspectivas de crecer y sin valorar los proyectos educativos y los resultados. "Sólo se ha tenido en cuenta la economía", ha remarcado, y se ha preguntado que "si tanto quieren ahorrar, ¿por qué no renegocian los alquileres del millar de barracones que tiene el Departamento de Enseñanza?".
Añade que "no sería una mala política, porque esos alquileres suelen ser elevados", ha indicado Castillo, que ha reconocido tener curiosidad por saber a qué empresa y propietario pertenecen las citadas aulas prefabricadas en las que unos 20.000 alumnos catalanes cursan sus estudios primarios y secundarios, algunos desde hace varios cursos. Tampoco mejora la relación de la Fapac con el departamento el hecho de que éste haya suprimido prácticamente en su totalidad la subvención que otorgaba a esa organización de madres y padres de alumnos: "tenemos la misma subvención que del gobierno de Botswana".