Ceapa asegura que no invertirá en el cambio de libros de Primaria

El presidente de Ceapa, Jesús Mª Sánchez Herrero, anunció el pasado miércoles 19 de marzo, en una rueda de prensa, que las familias no van a comprar los nuevos libros de texto tal y como exige el Gobierno. La organización alega que la situación económica de los españoles es precaria y el paro muy elevado, por lo que no es posible realizar esta inversión, que oscilaría entre los 150 y los 225 euros por familia, sin contar el material escolar complementario exigido por cada centro en particular.

Según la organización, el Gobierno “hace continuas referencias a la crisis”, pero adopta medidas como la renovación de los libros de texto en las etapas de 1º, 3º y 5º de Primaria que agravan la situación de las familias. Además, añaden que el cambio supondría un coste total superior a los 200 millones de euros. Jesús Mª Sánchez Herrero también ha afirmado que, en el caso de que esta medida se llevase a cabo, “la Administración debería correr con todos los gastos mediante una partida presupuestaria”.

En este sentido, una de las propuestas que se va a realizar, dentro de la Plataforma por la Defensa de la Escuela Pública, es la creación de un Consejo Extraordinario, en el ámbito de los consejos escolares. El objetivo es realizar una moción en la que exista el compromiso para no exigir el cambio de libros. En este sentido, las familias y los centros ya están trabajando juntos. Aun así, hay direcciones provinciales que están presionando a los directores de los centros para que no convoquen esos consejos.

Por su parte, existen Consejerías que ya han manifestado que no van a cambiar los libros y otras solo lo harán en las nuevas asignaturas de Ciencias Sociales y Ciencias Naturales. Ceapa mantiene que, también en estos casos, se puede conservar el libro de Conocimiento del Medio y, de ser necesario, el profesor podrá acompañar los temas con material complementario. Aun así, comunidades como Galicia, Aragón, Murcia, Castilla-La Mancha, Ceuta y Melilla, entre otras, sí adoptarán el cambio de libros el próximo curso.

Ceapa considera que los actuales manuales son perfectamente válidos. Por ello, no entienden que haya comunidades que los cambien, sobre todo, después de las grandes inversiones de dinero público que se han destinado a la creación de fondos de libros. Para ellos, la adquisición de los manuales supone “tirar el dinero a la basura” y esto es “inadmisible”.

Por otro lado, la organización quiere advertir a los editores que si “editan libros de texto es según su criterio y no tienen que exigir responsabilidades a terceros”, pues ya conocen que las familias no van a invertir en ellos. Jesús Mª Sánchez Herrero aprovechó para recordar el elevado coste que supuso para el antiguo Gobierno socialista correr con los gastos de los libros de texto que se editaron para la LOE y no se llegaron a utilizar.A su vez, los editores están presionando al Gobierno para que tome una decisión al respecto.

Conferencia Sectorial
Respecto a la reunión de la Conferencia Sectorial que se celebró la tarde del miércoles 19 y que trató el tema del castellano en Cataluña entre otros asuntos, Ceapa afirma que no están de acuerdo con que el Estado financie la inmersión lingüística en centros privados. Alegan que se puede caer en dos problemas. Por un lado, puede que las familias solo lleven a sus hijos a colegios privados porque los costee el Estado y, por otro, es posible que la escasez de alumnos en esos programas suponga el cambio de centro del estudiante en mitad de curso.

En este sentido, piden que se respete la Constitución, que fija que en las regiones con lenguas oficiales diferentes al castellano, el alumno debe expresarse correctamente en ambas lenguas. Además, no entienden que las familias deban adelantar los gastos de este programa propuesto por el Gobierno.

Por último, Ceapa se plantea abrir el debate sobre la necesidad del libro de texto ya que consideran que, en algunos aspectos, “se quedan cortos”. En este sentido, creen que los centros son capaces de generar los materiales en función de las necesidades del aula y adaptarse a una sociedad que “ya es digital”.