Pruebas libres de ESO, un atajo para retomar el itinerario académico

El abandono educativo temprano es la losa que arrastra el sistema educativo español en la última década. Es la justificación última que presentan los que consideran la necesidad de una reforma educativa. No obstante, según muchos responsables educativos, su impacto está bien encaminado hacia el objetivo europeo para 2020. España ha pasado de un abandono educativo del 30,8% en 2005 al actual 23,5%. Parece que estamos en la senda buena, pero, ¿estamos seguros?
Esta reducción del abandono se ha realizado, sobre todo, en las primeras edades de la cohorte, es decir, entre la población de 18 a 24 años. Efectivamente, al abandono a los 18 años ha bajado del 25,7% al 14,7%. Sin embargo, ha subido en el caso de los de 24 años. Del 30,2% en 2005 ha pasado al 31,8% en 2013. Todavía más preocupante: el abandono educativo es del 13,7% para los que no tienen siquiera la ESO en el tramo de edad de 24 años. En 2005, era casi la mitad: el 8,1%.

Muchos años de elevado abandono educativo y el actual esfuerzo para mejorar la enseñanza obligatoria –que no repercute en la población adulta no escolarizada– alimenta ese gran colectivo de jóvenes sin formación y, en la gran mayoría de los casos, en situación de desempleo. A punto, si no lo han hecho ya, de salir de las estadísticas y, por tanto, fuera de la prioridad política. Ante esta circunstancia, no son pocos los que reclaman una ‘operación retorno’, una segunda oportunidad académica para nuestros jóvenes.

Para estos jóvenes, o no tan jóvenes, el sistema educativo ofrece la Educación de Adultos, un modelo de segunda oportunidad con centros propios y contenidos adaptados a los mayores de 18. En lo referido a la ESO, con tres modalidades: presencial, a distancia y a través de las pruebas libres.

Muchas autonomías convocan estas pruebas en dos fechas a lo largo del año. Según los datos del Ministerio, en el curso 2011-12, 20.680 personas lograron la ESO a través de estas pruebas, casi tantos como los que se graduaron a través de la red presencial de centros para personas adultas. Más, si se tiene en cuenta que las estadísticas ministeriales no recogen las cifras de varias autonomías.

El único requisito que se exige para poder presentarse a las pruebas libres para la obtención del título de la ESO es ser mayor de 18 años o cumplirlos dentro del año natural en que se celebren las pruebas. Las convoca cada Administración educativa y el Ministerio para Ceuta y Melilla. Con los diferentes matices autonómicos, las pruebas se estructuran en tres partes, correspondientes a los tres ámbitos de conocimiento en los que se organizan las enseñanzas de ESO para personas adultas: ámbito científico-tecnológico, ámbito social y ámbito de comunicación. Esta última consta a su vez de dos ejercicios, el de Lengua Castellana y el de Lengua Extranjera. Además, en las comunidades con lengua propia, se añade la lengua cooficial.

Los contenidos sobre los que tratan las pruebas se corresponden con los establecidos para cada uno de los ámbitos de conocimiento que cada Consejería establece para la enseñanza Secundaria para personas adultas en la comunidad autónoma correspondiente, aunque no distan demasiado unas de otras. Además, se establecen una serie de exenciones y convalidaciones entre lo aprobado anteriormente (en 4º de la ESO o en el anterior BUP) y estas pruebas libres. También el aprobado parcial de ámbitos en estas pruebas permite al adulto quedar exento de cursar lo aprobado si después se matricula en la ESO para adultos en un centro presencial o a distancia.

Lomce y adultos
La Lomce apuesta por este modelo de pruebas libres para esta ‘operación retorno’ académica para personas sin titulación. De hecho, tal y como está redactada y a falta de su desarrollo, la Lomce prácticamente reduce la Educación de Adultos a un modelo de centros preparatorios para las pruebas, ya que los adultos tendrán que superar la evaluación externa del Ministerio –las llamadas ‘reválidas’– para obtener la ESO.

Cierto es que el éxito en estas pruebas no es elevado, como en general no lo es en las distintas pruebas libres que existen en el sistema. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, aprueba el 12% de los inscritos, una cifra superior a la media de España. Tampoco mucho más baja de la tasa de aprobados en la ESO presencial (20%) o de la de la ESO a distancia (16%).

En 2011-12 hubo 46.000 personas que se prepararon para estas pruebas en los centros de adultos, que realizan cursos específicos. Lo que no se puede cuantificar es el número de personas que se inscribieron preparándose por libre. Sólo en la Comunidad Valenciana, desde el año 2000, se han presentado 67.390 personas (el primer año apenas fueron 291). Gracias a ello, 8.617 adultos obtuvieron el Graduado en ESO.

Junio, mes de pruebas libres de ESO

• Cada comunidad autónoma establece su propia prueba libre, habitualmente, con dos convocatorias al año, entre los meses de abril y junio la primera y septiembre y noviembre la segunda. Así, por ejemplo, la Comunidad Valenciana celebrará el próximo 6 de junio la primera convocatoria de este año 2014. Por su parte, Castilla y León celebra la primera prueba el 28 de mayo y la segunda el 4 de septiembre. Esta autonomía incorpora este año una novedad: sumará un punto a la calificación obtenida en los ejercicios de la prueba libre a aquellas personas que han cursado un programa de preparación de pruebas libres para la obtención del título de Graduado en ESO en un centro o aula de Educación de Personas Adultas, obteniendo evaluación positiva en alguno de los ámbitos de dicho programa. Andalucía celebrará su segunda convocatoria el 28 de junio, ya que la primera tuvo lugar en abril. Esta autonomía destaca por su apuesta por estas pruebas: el 61,3% de sus adultos titulados en ESO lo hace a través de ellas. Ceuta y Melilla (3 de junio), Aragón (30 de mayo), Cantabria (19 de junio), Castilla-La Mancha (18 de junio), Galicia (23 de mayo), Madrid (segunda quincena de mayo) y Murcia (7 de junio) también celebran ahora estas pruebas libres de ESO para adultos.