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La profesión de profesor en España, según los propios docentes

La preparación, la evaluación y la evolución de la profesión docente, según el informe TALIS de la OCDE.
Paloma Díaz SoteroMartes, 28 de octubre de 2014
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El informe TALIS 2013 sobre la profesión docente realizado por la OCDE y divulgado hace tres meses es una mina de datos para conocer y comprender la idiosincrasia de la profesión docente en nuestro país, asentada en llamativas contradicciones.

Las encuestas, si bien practicadas sólo a 200 profesores de Secundaria de 20 centros –en Castilla y León, Andalucía y Cantabria–, sirven para comparar lo que aquí se hace con lo que se hace en otros países desarrollados, con estados de la UE y con sistemas educativos de éxito (en PISA).

Así nos encontramos, como ya vimos en estas mismas páginas hace dos semanas, que el profesorado español ejerce su labor con una satisfacción, una vocación y una motivación superiores al resto de países. Y, además, se siente preparadísimo y confiadísimo en sus capacidades. Lo curioso es constatar cómo, a la vez, reconocen déficits en su formación inicial, sobre todo en el campo de la pedagogía y en la práctica y en la iniciación en las aulas.

En este sentido, la encuesta de la OCDE coincide con los informes, encuestas y estudios que se hacen aquí, en clave interna.

Pero, además, TALIS, sirve para conocer aspectos en los que, dentro de nuestras fronteras, no se abunda tanto y cuya relevancia es para tomarse en serio. Por ejemplo, la escasa importancia que el profesorado da a su evaluación, al menos a lo que aquí se entiende por evaluación, que es casi un tema tabú.

Por otro lado, este estudio internacional siempre sirve para identificarnos en cuestiones más tangibles y objetivas, como son las ratios, la antigüedad de las plantillas, las condiciones laborales, el clima de trabajo, los recursos disponibles…

Así, si tuviéramos que hacer un retrato robot de un claustro español encontraríamos a una plantilla con más de 20 años de experiencia, quemados por fuera pero entusiastas por dentro, muy pocos compañeros por debajo de los 30, unos novatos desorientados por falta de acompañamiento; poco especialista en necesidades especiales y en diversidad; un acusado individualismo y algo de preocupación por la falta de disciplina y respeto.

Ese individualismo lo vemos en algunos indicadores:

–La participación de los docentes en actividades de tutoría u observación entre compañ̃eros es inferior en España (21,3%) a la media de los países de la OCDE (27,1%).

–La proporción de españoles (69,3%) que nunca han enseñado conjuntamente con otro u otros colegas es la más alta de la OCDE (42% de media).

–Aquí, el 87% nunca ha observado la clase de otro profesor (48% en la OCDE).

–Casi la mitad (48%) declara no haber participado nunca en actividades conjuntas con otras clases (23% es la media de la OCDE).

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