Alumnos y profesores, la felicidad ante una manera efectiva de aprender

Hola a todos, somos los alumnos del Colegio Rural Agrupado “Manchuela” de Villalpardo, Villarta y El Herrumblar (Cuenca) y nos gustaría hablaros de un sitio en el que podemos divertirnos mientras aprendemos viviendo muchas experiencias diferentes. Se trata de nuestro colegio. ¡Sí! Resulta que hay un huerto donde sembramos habas, ajos, trigo, un corral con gallinas y patos, un estudio de televisión, un centro de reciclaje, una pecera, una biblioteca, un pasillo para exposiciones, una sala de los científicos, y nos hemos hecho emprendedores y hemos formado una cooperativa en la que hacemos productos con material reciclado y luego los vendemos por los mercadillos de las localidades.

Lo que pasa aquí es que los niños aprendemos siendo las personas que trabajamos en los sitios. Sembramos el huerto, les echamos de comer a las gallinas y peces, cogemos los huevos, en la sala de los científicos hacemos stopmotions sobre las plantas y los gusanos de seda, hay otros niños que son de la patrulla verde y ponen multas a los que no reciclan; también hay niños periodistas del periódico Mundimanchuela, presentadores de televisión, bibliotecarios y todos se toman muy en serio su trabajo. Ah, y todo esto también lo podemos hacer hablando en inglés.

El cole visto por los profes
Hola a todos, somos los maestros del CRA “Manchuela” y al oír hablar a nuestros alumnos parece que estén hablando de cualquier lugar menos de un colegio, y es que nos hemos propuesto hacer un cambio radical en el modelo educativo.

Partiendo de nuestro entorno, somos un centro rural formado por tres localidades, con una ratio por aula de 18 alumnos y una ratio por centro de 60, y teniendo en cuenta que en cada aula hay alumnos de varios niveles educativos, nos es imposible utilizar el modelo educativo tradicional en el que todo gira alrededor del maestro con su clase expositiva magistral. Al tener varios niveles dentro del aula el maestro debe explicar los contenidos básicos, que serán la base de su conocimiento, a los alumnos de un nivel, mientras que para alumnos de otros niveles el maestro se centra en el diseño y gestión de actividades, da recursos, orienta y asesora, dinamiza y motiva al grupo; menos transmisión de conocimientos, porque, a partir de esos conocimientos previos, el alumno va construyendo su aprendizaje.

Este tipo de Educación se conoce como bimodal y consiste en una serie de actividades teórico-memorísticas al principio, creando así una base del conocimiento, para después pasar a unas actividades prácticas realizadas por los alumnos, siendo ellos los artífices de la construcción de su conocimiento.

Lo primero que implica esto es un cambio de organización –los horarios, espacios y agrupamiento deben ser flexibles, un aula configurable, adaptable a cada situación, grupos diferenciados por niveles– y un nuevo concepto de actividades centradas en los alumnos –individuales y colaborativas, presentadas como problemas, muy planificadas, estructuradas y dirigidas–. Así conseguimos un cambio de metodología centrada en el alumno y sus intereses. Se trabaja por proyectos, rincones, de manera activa y no memorística, perseguimos la autonomía del alumno a través de una enseñanza individualizada y el trabajo colaborativo, atendiendo a la diversidad y motivando el aprendizaje.

Como fin tenemos a unos alumnos competentes, participativos, con iniciativa, autónomos, responsables de su aprendizaje, activos y no pasivos, creativos, críticos, colaborativos, que saben trabajar en equipo y captan y procesan distinto, con dominio de las TIC, en definitiva, un alumno que aprende a aprender.

Para cuidar el medio ambiente podemos decirles que no contaminen, que es malo para la naturaleza, o podemos nombrar a una patrulla verde encargada de educar a otros niños sobre el medio ambiente, vigilando que reciclen en el aula y en el patio, creando videos documentales… Podemos ver la tele o ser los presentadores y actores de nuestros programas de televisión. Podemos oír la radio o crear nuestros programas, podemos ver cómo los demás ayudan a los más necesitados o podemos ayudarles nosotros. Podemos imaginarnos los experimentos que aparecen en los libros de texto o podemos realizarlos en la sala de experimentos, podemos comprar productos para venderlos en el mercadillo o podemos hacer nuestros productos artesanalmente para venderlos.

En definitiva, nosotros valoramos el saber hacer y hacerlo, destacando la iniciativa del alumno y educando a alumnos emprendedores.

José Amable Rubio, María Iluminada Ureta y Daniel Gómez
CRA “Manchuela” de Villalpardo, Villarta y El Herrumblar (Cuenca)