Educación para luchar contra el extremismo en Europa

Se espera que el Consejo apruebe el informe a finales de este año.
El escrito afirma que una “buena Educación y formación ayudan a promover el crecimiento económico sostenido: son el combustible del I+D, la innovación, la productividad y la competitividad”. El informe contextualiza su elaboración refiriéndose a “los trágicos estallidos de extremismo violento a comienzos de 2015”, en alusión a atentados como el de la revista Charlie Hebdo en París. Estos “estadillos” son un “recordatorio de que la Educación y la formación tienen un papel importante en el fomento de la inclusión y la igualdad, en el cultivo del respeto mutuo y en la incorporación de los valores fundamentales de una sociedad abierta y democrática”.
Esta Educación para la inclusión se convierte en una de las prioridades europeas para 2020. Según el informe, “la Educación y la formación son fundamentales para prevenir y luchar contra la pobreza, la exclusión social y la discriminación, así como para contruir la base sobre la que descansa la ciudadanía activa”. De este modo, “la Educación y la formación deben intensificar sus esfuerzos para mejorar el acceso al aprendizaje de calidad para todos y todas”. El comisario de Educación, Tibor Navracsics, defiende la “lucha contra la exclusión” y el apoyo “a la diversidad en las aulas”.
El informe propone una serie de pautas:
-Dirigirse a la creciente diversidad de los alumnos mejorando el acceso a la Educación de calidad para todos, incluyendo a los procedentes de entornos más desfavorecidos, los que tienen Necesidades Educativas Especiales, los migrantes y romaníes, mientras se afronta la lucha contra la discriminación, el racismo, la segregación, el abuso, la violencia y los estereotipos.
-Tratar las brechas de género en Educación y promocionar más opciones educativas equitativas.
-Facilitar la adquisición efectiva de la lengua que se utiliza en el proceso de aprendizaje y en la vida laboral a los migrantes.
-Promover las competencias cívicas, interculturales, sociales y relacionales, la comprensión mutua y el respeto, así como los valores democráticos y los valores fundamentales.
-Mejorar el pensamiento crítico y la alfabetización digital.

Algunos datos
El informe recurre a algunas cifras de un estudio de la Comisión publicado en 2014. Algunos de estos datos son que el 20% de los jóvenes de 15 años de la Unión tienen baja puntuación en lectura, ciencias y matemáticas; el 20% tiene niveles bajos de alfabetización y habilidad numérica, mientras que el 25% tiene niveles bajos de habilidades digitales. Por otro lado, el 10,7% participa del aprendizaje permanente, de los cuales una minoría son adultos poco cualificados.
El abandono escolar prematuro está en el 11,1%, mientras que el 37,9% tiene una Educación Superior. Sin embargo, la empleabilidad de los graduados en los países más afectados por la crisis sigue siendo un problema.
Por todo esto, las prioridad educativa de la Unión Europea no es solo la Educación inclusiva. La Comisión defiende en su informe que para hacer realiad todas las necesidades educaticvas es fundamental que se realicen pruebas y se haga un seguimiento de los avances, cosa que se logrará en colaboración con Eurostat, Eurydice, Cedefop y la OCDE, entre otras organizaciones, defienden.
La Comisión respalda sus propuestas y defiende que si en ocasiones han podido parecer poco eficaces es por la “falta de sincronización de las actividades, por deficiencias en la difusión y escasa conciencia nacional de su utilidad”, lo que supone un llamamiento directo a los Estados miembro para que apuesten eficazmente por los objetivos europeos 2020.

Las seis prioridades de la UE
El informe establece seis nuevas prioridades:
-Unas capacidades y unas competencias pertinentes y de alta calidad que se centren en los resultados, con vistas a la empleabilidad, la innovación y la ciudadanía activa.
-Una Educación inclusiva, así como igualdad, no discriminación y promoción de las competencias cívicas.
-Una Educación y una formación abiertas e innovadoras, que incluyan la plena incorporación a la era digital.
-Un fuerte apoyo a los educadores.
-La transparencia y el reconocimiento de las capacidades y las cualificaciones para facilitar el aprendizaje y la movilidad laboral.
-Una inversión sostenible y la mejora del rendimiento y la eficacia de los sistemas de Educación y formación.