Por una tecnología que humanice a nuestros alumnos
La tecnología consigue que la Educación sea más personalizada. Ayuda a que los profesores conviertan a sus alumnos en seres más humanos, además de humanizarse ellos mismos”. Estas palabras de Nieves Segovia, presidenta del Grupo SEK, en su intervención en el South Summit’15, el mayor encuentro de emprendimiento e innovación del sur de Europa, Mediterráneo y Latinoamérica, habrá que tomarlas como un noble anhelo que dice mucho de la institución educativa que representa. Porque no es inmediato ni evidente que la tecnología humanice; tampoco lo contrario. La tecnología será lo que queramos hacer de ella. Sí es evidente que la tecnología nos hace más productivos, más eficientes, más rápidos –incluso ultrarrápidos–, más precisos, más puntuales, más y más. Lo que no es inmediato es que nos haga mejores personas o, lo que es parecido, más felices.
Ya he contado en alguna ocasión que hace años una compañía de telecomunicaciones del país envió una nota de prensa en la que informaba de unos talleres sobre cómo sacarle al smartphone todas sus potencialidades. Venía a cuento de que se había publicado un estudio que concluía que apenas utilizamos un pequeño porcentaje de las posibilidades que te brinda el dispositivo. Debo confesar que mi reacción al leer el comunicado fue de angustia: ¡¿Aún podemos y debemos estar más enganchados al móvil?!
Me considero un entusiasta de la tecnología y de las posibilidades que nos ofrece. La práctica totalidad de los proyectos que impulsamos desde Grupo Siena son proyectos tecnológicos o con importante base tecnológica. Medios digitales, apps y widgets educativos, newsletters especializadas, un buscador on line de colegios, importante presencia en redes sociales, formación on line para adultos, gestión de bases de datos, etc. Está bien y, sin embargo, nuestro compromiso sigue siendo el de hace 150 años, cuando se publicó el primer ejemplar del periódico “El Magisterio Español”, la formación integral de los alumnos. Porque queremos que sean productivos, eficientes, rápidos –incluso ultrarrápidos–, precisos… pero sobre todo que sean mejores y más felices personas. Para ello, la tecnología puede ser de gran ayuda (o no).