La empleabilidad y las personas con discapacidad
José Luis Martínez Donoso, director general de Fundación ONCE, explicó que las personas con discapacidad representan entre “un 9% y un 10% de la población española”, mientras que en las aulas universitarias suponen “entre un 1% y un 2% del total”. En Estados Unidos y Canadá este porcentaje universitario se sitúa en el 5%, como recordó el director general, por lo que animó a los presentes a seguir trabajando para alcanzar esta cifra.
La presencia en las universidades es importante, Juan Antonio Moriano, director de Unidis, el centro de atención a universitarios con discapacidad de la UNED, explicó que “la tasa de actividad de las personas con discapacidad es muy baja, está en torno al 34%”, pero que, hay que tener en cuenta que las posibilidades de trabajar para una persona con discapacidad se multiplican por dos cuando se han realizado estudios universitarios. El estudio concluye que “a mayor nivel de estudios, menor es la tasa de desempleo, sin embargo, el porcentaje de personas con discapacidad que cuentan con estudios universitarios o equivalentes sigue siendo inferior en comparación con el total de la población: 10,5% frente al 24,1%”.
Estudiar no es suficiente
En sus conclusiones el estudio va más allá de la mera realización de estudios universitarios de cara a mejorar la empleabilidad. El informe concluye que el título universitario “es un elemento facilitador, aunque no es suficiente”, pues el mercado demanda también una serie de competencias, como pueden ser los idiomas, el manejo de las TIC o la capacidad para trabajar en equipo.
Juan Antonio Moriano resaltó que la primera prioridad de los encuestados al elegir sus estudios es la vocación o la idea de ampliar conocimientos, cayendo hasta el tercer lugar el grado de empleabilidad que pueda tener la carrera elegida. Aquí aparece el tema de la orientación, muy citado durante la presentación. Celeste Asensi, de la Universidad de Valencia, afirmó que “la mayoría de los casos de éxito que tenemos en la universidad con estudiantes con discapacidad han recibido orientación desde los primeros niveles en la escuela”, algo que no es lo habitual.
El llamamiento a la importancia de la orientación se unió a un grito unánime por la formación emprendedora de estos estudiantes, poco interesados, según el estudio, en el autoempleo. “Las universidades estamos obligadas por ley a dar formación en emprendimiento”, recordó Nicolás Díaz de Lezcano, responsable del Área de Empleo de la CRUE.
Hablar de la necesidad de orientación y de emprender pone al mismo nivel a los estudiantes con discapacidad de los que no la tienen. Lo que no hay que olvidar es que la realidad de unos y otros sigue sin ser la misma, a pesar de los avances. Martínez Donoso afirmó que hay que seguir trabajando porque “podemos conseguir que los alumnos con discapacidad tengan las mismas posibilidades que el resto de estudiantes”. Y más allá de la implicación y compromiso que deban tener los alumnos con discapacidad, es también un trabajo que compete a universidades, instituciones y empresas.