Se desvanece la oportunidad histórica de un pacto educativo
Ojalá me equivoque pero mucho me temo que estamos a punto de perder la oportunidad histórica de alcanzar un pacto educativo. Un hipotético gobierno de concentración a la alemana en el que estuvieran presentes las diferentes sensibilidades en materia educativa brindaba esa oportunidad. Solo el apriori de un pacto político permitiría llegar a buen puerto el acuerdo educativo que, de hecho, ya existe en la mayor parte de la cuestiones de peso. He sido testigo de cómo el intento de pacto educativo más consistente –el de Gabilondo– se vio frustrado en el último minuto por el veto de los respectivos partidos al más alto nivel. Porque en el bajo, el de las propuestas educativas concretas, constato –como constaté entonces– que las diferencias entre el PP moderado y el PSOE moderado son anecdóticas por mucho que se sobreactúe. Después de los duros alegatos contra el adversario a favor y en contra de la Lomce, después de las rimbombantes acusaciones, cuando les pides que bajen el balón al suelo son incapaces de concretar apenas un par de discrepancias y no precisamente vitales.
Una pena, porque ese era el cambio que ilusionaba a una mayoría social, el de dejarse de líneas rojas, aparcar las diferencias y lograr sumar a quienes legítimamente están en posiciones ideológicas distantes. ¿No resulta mucho más gratificante llegar a acuerdos con quien piensa de manera distinta? En esto consiste la nueva política y el nuevo tiempo que muchos anhelábamos y que, ojalá me equivoque, parece frustrarse.
Porque, ¿alguien sensato piensa que una gobierno PSOE-Podemos-IU está en condiciones de proponer un pacto educativo a la otra media España? Quien lo intente sepa que cuenta con las mismas posibilidades de éxito del PP proponiendo un pacto educativo a la otra media, o sea, ninguna.
Mucho me temo y espero equivocarme que se inicia una legislatura revanchista, en la que los reproches simplemente cambiarán de bando. Los que hasta ahora acusaban de rodillo y de ideologizar la Educación, serán objeto de las mismas críticas dentro de pocos meses. O muchos, porque enfilamos la Semana Santa y el Parlamento sigue de vacaciones de Navidad. Ya está bien, señores diputados.