Ajedrez, un recurso para conectar con los niños e impulsar su desarrollo

Todos hemos oído hablar de las ventajas del ajedrez como disciplina y en el Colegio “Gredos San Diego El Escorial” hemos desarrollado un proyecto piloto en el que incorporamos el ajedrez como una herramienta educativa.

Trabajamos con una metodología constructivista y creemos que es importante la implicación de los padres y la respuesta de los niños, lo que implica que la programación va evolucionando en un proceso de aprendizaje mutuo.

Objetivos por edades
El proyecto Ajedrez en Infantil surge de la convicción de que es una actividad enriquecedora y una gran herramienta que, en el aula, ayuda al docente a conectar con sus alumnos para que se diviertan mientras impulsan su desarrollo personal y académico.

Para la ejecución de este proyecto hemos diseñado un plan de actividades que irá evolucionando en función de la respuesta de los alumnos. Estas actividades se distribuyen en varias etapas:

• De 1 a 3 años. Los niños comenzarán familiarizándose con las casillas y el tablero, descubrirán posibles combinaciones de las casillas y aprenderán diferentes desplazamientos. Para conseguir estos objetivos creamos paneles con texturas, con los que juegan y aprenden a reconocer los contrastes de colores. Además, desarrollamos numerosas actividades psicomotrices, en las que les invitamos a jugar en paneles a tamaño real, sobre los que saltan y se mueven. En este momento inteligencia y psicomotricidad van de la mano y es clave que aprendan a través de su propio cuerpo.
También comienzan a conocer a los personajes y descubrir algunos de sus movimientos, para lo que incorporamos conos, a modo de peones, en el tablero y, a medida que agregamos personajes, los hacemos reconocibles a través de accesorios; por ejemplo, con coronas para los reyes y las reinas. Así vamos construyendo, sobre el tablero, la historia Dos reinos en uno, que nos permite trabajar nociones espaciales y hacer comprensibles los intereses enfrentados de las piezas.

• De 3 a 4 años. Avanzamos sobre el conocimiento de las casillas y las posibles combinaciones. Comenzamos a sustituir las texturas por colores y trabajamos el movimiento por las casillas situándolos en posiciones enfrentadas. También continuamos con el conocimiento de los personajes y reforzamos la diferencia de colores con el cuento sobre los dos reinos, uno de chocolate blanco y otro de chocolate negro.
Es ahora cuando comienza el estudio más en serio de los movimientos de cada personaje y la asociación de cada uno de ellos con su lugar en el tablero. Cuando llegamos a este punto, ya podemos comenzar a jugar y a asumir las normas.
De nuestra mano, los niños van comprendiendo la importancia de respetar los turnos, las reglas de cortesía y las consecuencias de formar parte de un equipo y trabajar como tal.

• De 4 a 5 años. Continúan familiarizándose con las casillas, su disposición y posibles combinaciones, moviéndose por el tablero esquivando al resto. Comparamos las piezas y tomamos conciencia de que unas se repiten y otras no. Vemos cómo se mueve cada una y empezamos a planificar jugadas. Ampliamos la base sobre las normas y hacemos pequeñas partidas simplificadas con solo cuatro peones, así trabajamos la anticipación. Para ello, analizamos las consecuencias de cada movimiento y razonamos la acción-reacción.

• De 5 a 6 años. Afianzamos los conocimientos sobre las casillas y el tablero, las combinaciones y desplazamientos y los personajes. Es hora de resolver problemas y e ir añadiendo figuras a nuestras partidas entre peones. Nuestro objetivo es que el niño domine las normas del juego y sepa qué movimientos están permitidos.

Fue una sorpresa que algunos ya tuvieran nociones, lo que permitió comenzar la resolución de enigmas y las partidas de peones, y desarrollar más nuestro cuento.

Azucena Moreno
Colegio “Gredos San Diego El Escorial” (Madrid)