“A España le cuesta establecer puentes entre el sector público y el privado”

De Moya comenzó dando pie a la imagen que tienen las fundaciones para la opinión pública, recalcando que “es bueno que haya organizaciones que no tienen nada que ver con la Educación que se comprometen a mejorarla”, a lo que Congosto respondió afirmando que “la gente tiene buena imagen de las fundaciones porque tienen el objetivo de ayudar”.

Las asperezas entre la Educación pública y la privada las analizó Zubillaga, cuando dijo que “España es un país al que le cuesta establecer puentes” y que “el sector privado y las fundaciones tienen que entrar con pies de plomo en la Pública”. “El objetivo de las fundaciones es complementar y ayudar, no el de solapar la Educación”, añadió. “Las fundaciones tienen que trabajar con los centros para no solaparse con el sistema educativo. Hay que diferenciar entre sistema y Administración, ya que no son lo mismo. Las fundaciones nunca van a poder solaparse con la Administración”.

La colaboración entre las fundaciones de empresas grandes y pequeñas también se habló en el coloquio. Ambos tipos de empresas tienen que trabajar “de la mano” en la medida que les sea posible porque el fin es el mismo, a pesar de la notable diferencia de recursos que hay entre ellas.

Congosto mencionó también que “innovar no sirve; sino que debe tener el objetivo de mejorar”. “El emprendimiento se puede incorporar a todas las asignaturas, pero con un programa”, añadió.

La implicación de las familias en el proceso educativo fue el último tema que se abordó en el coloquio, donde se destacó que son un elemento “clave y que las escuelas de padres son muy importantes para su propia formación”. Zubillaga afirmó que “los problemas sociales se achacan siempre a la escuela. El germen social es problema de Educación, pero no tiene por qué ver con la escuela, ya que existen muchos más factores que condicionan la Educación final de los jóvenes, siendo la familia vital”.