“Yo siempre digo que cualquier persona puede hacer música”

Gonzalo Maceira es el profesor de Irene, Mariña, Carlota, Amaya y Diego –sustituto de Manu, que ha dejado el grupo recientemente–. Se convierte en el mono furioso cuando se une a ellos como bajista en Furious Monkey House. Estos pontevedreses suenan en emisoras de radio tan dispares como Los 40 Principales o RNE 3. Son unos rockeros influenciados por bandas de los noventa como The Pixies o Smashing Pumpkins. Tienen ya un disco genial en el mercado: Run. Pero, ante todo, son niños que están disfrutando y aprendiendo con lo que hacen. Esta entrevista se hizo por Skype el 15 de febrero, justo el día en que se cumplieron tres años de su primer ensayo.

Tú eres profesor de música.
Sí, en Estudo Bonobo. Aparte de Furious en nuestra escuela hay mogollón de chavales que tienen su grupete y van haciendo historias por su cuenta. Lo nuestro es una escuela privada, esta actividad es una extraescolar. Los chavales vienen y los involucramos en proyectos, es una escuela multiartística, por decirlo de alguna forma: los niños de música colaboran con los de teatro, los de teatro con los que van a sonido, a fotografía, a dibujo.

Así que Furious ¡no es el único grupo de la escuela!
No, trabajamos con todos así. Funciona mil veces mejor. Empezamos a enseñarles música de forma muy primitiva y los chavales entienden mucho mejor una canción hecha por ellos que aprenderse una de alguien. Lo interiorizan que alucinas. Tenemos niños que tienen 6 años y tienen una banda que no te lo crees. Esta motivación propia, porque sale de uno mismo al tratarse de su propio material, es una pasada. Yo también trabajo con gente con discapacidades de todo tipo y siempre digo que cualquier persona pude hacer música.

¿Cualquiera?
Conlleva un trabajo de análisis de cada alumno e investigación. No hay dos grupos iguales, así que no puedes plantearte la misma actividad. Por ejemplo, si tenía tres 6º de Primaria –cuando daba clase en un colegio–, nunca iba a hacer lo mismo con los tres. En uno tengo un chaval que es de una manera, en otro hay una niña que no le gusta el ruido, en otro tengo un niño con autismo…

Esta no siempre es la manera más habitual de trabajar, ¿qué le dirías a los profes?
Que hay gente que lo pasa realmente mal, que se cree realmente que no sirve para nada. Hay que hacer entre todos una piña y echar un par de huevos para cambiar muchas cosas.

¿Cómo se compone con niños?
Es bastante sencillo, el rollo es plantear en forma de canción cualquier idea que quieras trabajar. En el caso de Furious todas las canciones hablan de nosotros. Por ejemplo, When I’m sleeping habla de Carlota. Había en la sala de ensayo un cuadro de un zombi y la madre de Carlota me pidió por favor que lo sacase porque Carlota tenía pesadillas. No-sotros aprovechamos para sacarle un poco ese miedo a Carlota, buscamos algo bonito para que le molase.

¿Y la música?
La canción Heavy boy, por ejemplo, nace de las palabras papá y mamá, y de cuatro notas. Yo dije, venga Carlota, una nota, y ella dijo: mi. Irene, te toca escoger, y dijo: la. Carlota: fa y do. No recuerdo por qué habían salido las palabras papá y mamá, pero en cada nota empezamos a hacer en una papá y en otra mamá. Ya está, ya teníamos un riff. Empezamos a trabajar con esa estructura armónica y rítmica con mi-mi-la-la-fa-fa-do-do, repitiendo esos esquemas que nos habían salido. Ya tienes una base y empiezas a jugar con la voz, con textos y con cosas que les interesan.

Parece increíble con niños tan pequeños.
Yo noto muchísimo el manejo de la lengua que tengan porque les ayuda muchísimo a poder hacer una canción. Por ejemplo, Mariña es una niña que lee mogollón y eso ayuda muchísimo a todo lo que tiene que ver con la prosodia rítmica.

Es como si en vuestra escuela todo fuera posible.
Desde luego funciona. En el momento en que los chavales se marchan con una sonrisa diciendo cuándo volvemos, es un éxito ya.

Pero imagino que tendréis detractores por tener niños subidos en un escenario con los Furious. ¿Qué dicen los padres de las criaturas?
Juegan un papel básico, está todo consensuado con ellos. Tenemos normas: jamás se pierde clase, no más de un concierto al mes, las apariciones de promoción se hacen utilizando más al mono. Los chicos de Furious solo ensayan un día a la semana. Lo preocupante es que estás jugando con su imagen y con las emociones. Cuando tocamos en el Festival de Los 40 en Madrid les decía que eso no es la vida real, que somos personas normales. Gracias a los padres los chavales tienen los pies pero que muy en la tierra. Estoy súper orgulloso de ellos. En el momento en que no disfruten o que veamos que puede ser perjudicial para alguno de ellos, esto se ha acabado.

¿Qué cosas positivas les aporta el grupo?
Viajar, conocer gente nueva en un ambiente profesional que, si no, no verían. Vivir la experiencia de trabajar en equipo, cuidar a tus compañeros, ir a grabar a Abbey Road, viajar con tu familia, porque viajamos todos juntos, somos tropecientos. Y cuando viajamos hacemos cortos, llevamos cámaras, vamos jugando sin parar, es una experiencia súper bonita. Yo creo que si tiene algo negativo es la parte de la imagen, pero esa exposición tiene algo tan fuerte, tan positivo que, de momento, seguimos aquí.

¿Y el tema económico?
Los niños de Furious están dados de alta en la Seguridad Social para poder actuar. Y si pensásemos en hacer dinero con esto, estábamos arruinados porque tenemos mogollón de gastos: llevar tantas familias, niños, equipo técnico, personas de la discográfica. Además estos niños no pueden hacer conciertos en cualquier sitio. Tenemos que hacerlos en sitios guays en los que pueda haber un ambiente sano. Hay que hacerlo muy bien y para eso se necesitan medios. Lo importante de esto es alimentar objetivos y experiencias bonitas.

¿Quieres añadir algo?
Rock and roll y comer muchos plátanos!

Los chavales del grupo hablan sobre su experiencia
Mariña –cantante– e Irene y Diego –guitarristas– tienen 13 años y están en 2º de ESO. Amaya –teclados– tiene también 13 años y Carlota –batería– 12, las dos van a 1º de ESO. El día de la entrevista Diego debutaba en su primer ensayo en sustitución de Manu. Son un grupo de chavales muy simpáticos y agradables, donde Mariña e Irene suelen llevar la voz cantante a la hora de responder a las preguntas.

•Todo en ellos llama la atención, resulta increíble que puedan tocar y cantar como lo hacen, algo que llevan con la máxima naturalidad del mundo. Uno de los aspectos llamativos es que canten en inglés. “Elegimos cantar en inglés porque todo suena más corto y entonces es más fácil rimar”, explica Mariña. “Y, además, así aprendemos otro idioma. Nosotros tampoco somos unos cracks del inglés, yo creo, pero nos gusta y lo disfrutamos mucho”.

•Furious Monkey House se unió a la Fundación ANAR con el videoclip de su canción Run para dar visibilidad al acoso escolar, el sexting y el maltrato en el entorno familiar. “Es un tema muy actual y que nos toca, así que nos hizo mucha ilusión colaborar con ellos”, cuenta Irene.

•Son muy conscientes de que están aprendiendo de una manera diferente y divertida. “Divertidísima, de hecho”, apostilla Irene. “Es muy divertido y además sabemos que, si trabajamos mucho, pues vamos a tener su recompensa”, añade Mariña. La pregunta es obvia: ¿os gustaría que en el cole os enseñaran así? “Sí, pero hay muy pocos profesores dispuestos a hacer eso”, responde rápida Irene. Su deseo es que los profesores “puedan encajar las clases para que los niños no se aburran. Tampoco el colegio tiene que ser súper divertido, allí se va a aprender, no te lo tienes que estar pasando genial todo el rato, pero sí estaría bien que lo encajaran de otra forma más entretenida”, prosigue Mariña. “Porque hay muchas maneras de enseñar, pero hay muchos profesores que no tienen ese humor o esas ganas”, concluye Irene.