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Alumnos castellanohablantes en Cataluña fracasan el doble que catalanohablantes

El análisis de los resultados de PISA 2015 realizado por Convivencia Cívica Catalana permite constatar que en Cataluña el fracaso de los alumnos castellanohablantes es el doble que el de los catalanohablantes.
Diego FranceschMartes, 7 de marzo de 2017
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Un 20,3% de los alumnos castellanohablantes no consiguieron superar el nivel mínimo de PISA en matemáticas en Cataluña, frente al 10,1% de catalanohablantes.

El peor rendimiento académico de los alumnos se constata en todas las materias evaluadas por PISA y en ambos sexos: tanto en chicos como en chicas.

El estudio constata además que los estudiantes castellanohablantes en Cataluña muestran un fracaso un 50% superior al de los castellanohablantes en Navarra, Aragón o Madrid, autonomías con similar nivel de desarrollo que la catalana, donde tienen la posibilidad de estudiar en su lengua materna.

Más alumnos repetidores
PISA 2015 aporta también información sobre el nivel de repetición de curso de los alumnos catalanes. La evaluación internacional pone de relieve que en Cataluña hay casi tres veces más castellanohablantes que catalanohablantes entre los repetidores de un curso (72% frente al 28%) y nueve veces más castellanohablantes que catalanohablantes entre los repetidores de dos o más cursos (90% frente al 10%).

A la vista de estas cifras, Convivencia Cívica Catalana considera que “no es exagerado hablar de que en el sistema educativo catalán se está produciendo una auténtica ‘escabechina’ de los alumnos castellanohablantes silenciada por el gobierno catalán, que se niega a publicar puntuaciones o ratios de fracaso de los alumnos castellanohablantes en las evaluaciones que efectúa”.
“No deja de ser paradójico –añade esta organización– que en Cataluña nos enteremos de cuántos castellanohablantes y catalanohablantes fracasan en nuestras escuelas gracias a una evaluación internacional y no gracias a la propia Administración responsable en materia educativa”.

Menos integrados
PISA 2015 no solo evalúa el nivel de competencias de los alumnos sino también pregunta por sus opiniones, actitudes y percepciones respecto al sistema escolar del que forman parte y, en particular, respecto a su nivel de integración en la escuela.

En este sentido, se constata que Cataluña es la comunidad autónoma donde los alumnos castellanohablantes se sienten menos integrados en la escuela. Un 21,3% de estudiantes castellanohablantes en Cataluña reconoce no sentirse integrado en el ámbito escolar, un porcentaje que duplica al de los alumnos castellanohablantes en otras comunidades en las que el castellano es la lengua utilizada en la Educación y las actividades de los centros.

También Cataluña es la autonomía donde más alumnos castellanohablantes afirman sentirse incómodos en la escuela, un porcentaje notablemente superior a autonomías con similar nivel de desarrollo como Aragón, Navarra o Madrid.

Este menor nivel de integración y mayor incomodidad de las familias castellanohablantes en las escuelas de Cataluña tiene su plasmación directa en un aspecto que PISA 2015 pone de relieve: los cambios de escuela. En Cataluña un 37% de las familias de alumnos castellanohablantes ha cambiado de centro educativo, una proporción significativamente superior a las familias catalanohablantes (24%).

Inmersión lingüística
Convivencia Cívica Catalana considera que “el sistema de la inmersión lingüística no es ajeno a los malos resultados académicos de los alumnos castellanohablantes en Cataluña y su bajo nivel de integración escolar”.

Según esta organización, “en un sistema donde la única lengua vehicular admitida es el catalán, los alumnos catalanohablantes juegan con ventaja: la enseñanza es en su propia lengua, en aquella que más dominan, mientras los niños castellanohablantes deben sumar en el proceso de aprendizaje a la dificultad propia de las materias una dificultad lingüística añadida”.

Convivencia Cívica Catalana señala en su informe que “en pedagogía está ampliamente aceptado que una persona aprende mejor cuando recibe la enseñanza en su lengua propia o materna, en aquella en la que piensa, razona y se expresa de forma automática. Así lo demuestran numerosos estudios de prestigiosos organismos internacionales como Unesco y Unicef. Y así lo defendía también el nacionalismo catalán en los años 70 en el Congreso de los Diputados como recoge este mismo informe en sus páginas”, añade.
“Los resultados de PISA demuestran que el actual sistema de la inmersión lingüística en Cataluña está creando una importante fractura y desigualdad educativa: los que hablan una lengua oficial fracasan el doble que los que hablan la otra lengua oficial, perjudicando a aquellos que no tienen la posibilidad de aprender en su lengua propia”, concluye el informe. 

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