Papanatismo digital
Hace unos días me relataban una visita a un centro especializado en niños con algún tipo de transtorno de la conducta. Preguntaron al director en cuántos de los alumnos la utilización descontrolada del móvil había sido causa total o parcial del fatal desenlace. La respuesta fue rotunda: “En todos los casos”.
Lo que comenzó como una sutil advertencia empieza a ser un clamor y cada vez son más las voces autorizadas que alertan contra lo que se nos viene encima como los adultos no seamos contundentes. Hace unos días, el doctor en Ciencias Sociales y en Sociología de la Familia y la Educación Ignasi Bofarull utilizó una expresión que describe bien el momento actual. “En España –dijo– estamos viviendo un papanatismo digital”. Y pasó a sus recomendaciones sin paños calientes: “Hay que restringir lo digital porque, con tanta pantalla, los niños y jóvenes pierden capacidad de empatía y de relación (…). No tiene sentido y no es saludable que niños de menos de 2 años hagan uso de las pantallas a pesar de que a los adultos [papanatas] pueda hacerles mucha gracia cómo los pequeños hacen ir aquí y allá las imágenes. Los padres han de ponerse firmes”. También hubo críticas para los actuales procesos de enseñanza “excesivamente centrados en pantallas cuyo uso se promueve hasta el extremo. Para muchas cosas hay que volver al lápiz y a la goma de borrar”.
Papanatas es aquel, según la RAE, “excesivamente simple, excesivamente crédulo o que se asombra por cualquier cosa”. No se ofendan pero he visto mucho papanatas en algunos encuentros sobre el uso de la tecnología en el aula, la transformación digital de la enseñanza, etc. etc. Cientos de adultos excitadísimos por la última innovación TIC aplicada al aula o por el último cacharrito que va a arreglar, por fin, la Educación del futuro…
Conciencia vamos tomando. Me decían en un colegio que la tecnología ya no vende como herramienta de marketing como sí lo hace, por ejemplo, el bilingüismo (a ver lo que dura). Vendió hace una década. Ahora al revés, me decían, hay que tener cuidado porque hay mucha familia quemada que no quiere tablets ni en pintura.