La empleabilidad en los centros educativos salesianos de FP

Sí debería ser noticia para nuestra sociedad postmoderna y en recesión económica que casi 1.000 alumnos de Ciclos de Grado Superior (CFGS) que estudian en colegios salesianos encuentran un trabajo y demuestran cada día su saber estar y su honradez como ciudadanos.

Empleabilidad, cualificación y especialización son las palabras clave que definen los CFGS. La idea de crear los talleres dentro del Oratorio nació de la necesidad de sacar a los muchachos de los trabajos en las fábricas por sus malas condiciones. A partir de 1.853 Don Bosco comenzó la construcción de talleres de calzado, sastrería, carpintería, imprenta y metalistería. Hoy el nombre de esos talleres ha cambiado y hablamos de Mantenimiento Electrónico, Automoción, Robótica Industrial…
La Inspectoría Santiago el Mayor cuentan con una oferta de 22 módulos diferentes y actualmente están matriculados 3.202 alumnos en 146 aulas. El director pedagógico de Formación Profesional del Centro “Loyola” en Aranjuez, Isidoro Gil Redondo, apunta como reto para esta enseñanza superior “una gran inserción laboral”. Estos ciclos “son nuestra principal ventana al mundo del trabajo y donde ponemos todos nuestros esfuerzos para que los alumnos que terminan con nosotros un CFGS obtengan un trabajo de calidad y relacionado con lo estudiado lo antes posible”.

Los centros salesianos se asientan en una metodología activa, innovadora y en consonancia con lo que exige el mercado laboral. Pero además de esto, “destaca la honradez-honestidad profesional, la serenidad-cercanía, la responsabilidad, el sentido positivo-creativo de la vida, el valor de la trascendencia…”, asegura Santiago Elorriaga, coordinador del Equipo Inspectorial de Formación Profesional.

Este modus operandi los convierte en centros abiertos a muchos tipos de alumnos. La disparidad en el tipo de alumnado es una riqueza, pero también exige grandes esfuerzos que los docentes de CFGS asumen diariamente.

Relación con las empresas
Los muchachos que salían de aquellos talleres de Valdocco eran especialmente requeridos por los empresarios piamonteses, que valoraban la pedagogía del amor de Don Bosco y confiaban ciegamente en su formación técnica, cívica y moral. Esto no ha cambiado. En estos ciclos es vital la relación con las empresas, que se cuida mucho desde Escuelas Salesianas. Santiago Elorriaga destaca que “estas empresas colaboran en la formación de los alumnos en el módulo de la Formación en Centros de Trabajo (FCT) y esto hace que los alumnos tengan la primera experiencia laboral, no remunerada, con la empresa. Dedican muchas horas de sus trabajadores para que los estudiantes sean atendidos y tengan una buena experiencia. Bastantes alumnos, al finalizar la FCT, son contratados por la empresa”. En datos esto se traduce en que 3.620 alumnos cada año, de distintos niveles y que están en su 2º curso, puedan realizar los tres meses de formación en la empresa.

En todos los centros salesianos la experiencia es que las empresas demandan a los alumnos. En palabras del director de Aranjuez, lo hacen “no solo por su titulación de técnico superior, sino porque lo que más valoran es la que denominamos competencia sociopersonal: el saber estar en todo momento, la puntualidad, la asistencia, el gusto por el trabajo bien hecho, el respeto… ”.
Ángel Corcero destaca la buena relación con las empresas y pone un ejemplo evidente: “Al final del curso se invita a diversas autoridades y a alguna empresa para la entrega de diplomas a los alumnos que finalizan su formación. Qué sorpresa más agradable ver a un antiguo alumno de Mecánica –en la ESO había tenido dificultades de estudio y comportamiento– acompañando al empresario invitado”.

Este no es un caso aislado ni mucho menos. Julián Farto destaca que el Centro Don Bosco “goza de un buen prestigio entre las empresas de nuestro entorno y nuestros alumnos salen muy bien preparados. En la actualida, la inserción laboral es superior al 80%, ya que los alumnos suelen encontrar trabajo nada más finalizar sus estudios, en algunos casos, en la misma empresa en la que han realizado la FCT. Incluso se da la circunstancia de que las empresas vienen al centro a pedir el currículum y referencias de los alumnos recién titulados”.

Dificultades y retos
El camino de la Formación Profesional no está exento de dificultades y retos que se afrontan con esperanza. Ángel Corcero expone que “la mayor dificultad en estos momentos se encuentra en conseguir el equipamiento tecnológico necesario para poder impartir las últimas tecnologías que los alumnos se van a encontrar en la empresa”. Para Mariano Garrido, con más de 35 años de experiencia como profesor y actual director pedagógico de FP en Atocha, “la mayor dificultad de estos ciclos es el elevado coste del material para estar al día en la tecnología puntera que se maneja en las empresas y que no están concertados, lo que supone una desventaja para el alumnado y los profesores”.

Frente a estas dificultades surge el trabajo y la dedicación de 210 profesores que, amparados en una fuerte vocación y espiritualidad salesiana, luchan para dar lo mejor a sus alumnos. Para Isidoro Gil, “su vocación es el mayor tesoro que tienen nuestros profesores. Conseguir sacar adelante a alumnos que a veces no son los más brillantes a nivel académico, pero que, con acompañamiento y seguimiento, se convierten en buenos profesionales, y verlos trabajando, después del esfuerzo realizado, es la mayor vitamina y energía que recibimos como docentes”.

Don Bosco fue aquel primer maestro. En el pequeño taller de zapatería de Valdocco se sentó a la mesita y martilleó una suela de zapatos ante cuatro muchachos. Después lo hicieron ellos. Así ocurre en los talleres de los centros salesianos, miles de muchachos atentos al modelo profesional y humano mostrado por sus profesores. El resultado no puede ser mejor.

Su enseñanza dual particular
La práctica en empresas es de vital importancia para los alumnos que estudian el segundo curso del grado que elijan. A esto se le llama enseñanza dual y en los centros salesianos se cuida mucho que, mientras los alumnos estén en la empresa, el vínculo con el colegio continúe y también su formación. Gil Redondo insiste en este aspecto: “Desde muchos ámbitos se nos está pidiendo que vayamos hacia una FP Dual, pero creo que el reto está en proponer nuestro propio modelo dual, ya que aquí tenemos la oportunidad de solicitar proyectos propios que realmente añadan valor a lo que ya hacemos en la escuela sin perder el contacto frecuente con el alumno, que necesita del centro educativo para seguir formándose y reforzando lo que realiza en la empresa”. nnEsta formación dual está teniendo una gran demanda. Un ejemplo destacable es el del Colegio “Los Boscos” en La Rioja que fue pionero al contar con el primer Ciclo de Grado Superior de Formación Profesional Dual y Bilingüe que se imparte en España en Administración de Sistemas Informáticos en Red. Son solo 12 alumnos en el aula que compatibilizan la formación en el centro con la formación en la empresa –60% en el colegio y 40% en la empresa– y además cobran una beca mientras están en la empresa. El director de Formación Profesional de dicho centro, Óscar del Pueyo, afirma “que el ciclo no podría entenderse sin la estrecha colaboración que desde el primer día mantiene Salesianos Los Boscos con Aertic, clúster de empresas TIC de La Rioja”. El grado de empleabilidad en este ciclo es del 90%. “Por suerte contamos con muchísimos casos de éxito. Tenemos una alumna que está de máxima responsable en la empresa de formación en nuevas tecnologías que la contrató; otra lleva el mantenimiento informático de varias de las bodegas más importantes de La Rioja; y dos alumnos se han hecho emprendedores y tienen sus propias empresas de desarrollo y seguridad informática”.

Begoña Rodríguez Inspectoría Salesiana Santiago el Mayor (Madrid)